Los modelos existenciales y las condiciones socioeconómicas impuestos por el sistema de desarrollo neoliberal colocan al suicidio como una problemática social grave a nivel internacional, señaló Martha Silvia Solís Valdez, profesora-investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
El fenómeno alcanza una dimensión que podría calificarse como de “globalización del suicidio”; de mantenerse las severas exigencias sociales y económicas que generan presiones emocionales, frustraciones enfermizas que desvalorizan a los individuos en un ámbito altamente competitivo, la problemática tenderá a crecer.
La académica del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa dijo que es imposible ignorar la severidad del problema. “El número de individuos de diferentes edades, condiciones sociales, geográficas, religiones y culturas que opta por quitarse la vida a nivel mundial resulta alarmante, y datos de la Organización Mundial de la Salud, señalan que cada año se suicida casi un millón de personas”.
La maestra Martha Silvia Solís expuso que para dimensionar con mayor exactitud los datos, “deberían incluirse los intentos de suicidio, con lo que las cifras se incrementaría hasta 20 veces” y agregó que “en los últimos 45 años las tasas de suicidio han aumentado en un 60 por ciento a nivel mundial”.
De acuerdo con diversas evaluaciones, el suicidio es la segunda causa de muerte entre personas de 10 a 24 años en algunos países, y una de las tres causas principales de defunción entre los individuos de 15 a 44 años, cuando en décadas anteriores la problemática se focalizaba en hombres de entre 40 y 45 años.
Las razones no pueden limitarse sólo al ámbito superficial, a determinantes individuales, historias de vida, experiencias personales, grupales y familiares, a un trastorno mental, a un impulso provocado por diversas condiciones o por el consumo de una droga, que desencadenan en estados emocionales depresivos que llevan al suicidio, también debe estudiarse la influencia del plano social, económico, porque es ahí donde se generan los mayores trastornos.
El problema está en las condiciones de vida impuestas por un sistema económico que no garantiza una óptima salud social para la formación de individuos y grupos sanos.
La especialista expuso que en México las condiciones ofrecen un contexto altamente estresante, competitivo, individualista, en donde el éxito que se promueve impone modelos que muchas veces son inalcanzables, provocando altos costos personales, familiares y sociales, entre otros.
Aunado a este panorama se presenta una inseguridad generalizada, vulnerabilidad, expresiones de violencia en todas sus dimensiones y modalidades, un miedo paralizante que inhibe las capacidades para resolver problemas, apatía y un vacío existencial que los jóvenes desean cubrir con moda y el uso de drogas, en su intento por superar sus depresiones y responder a las exigencias de ser exitoso.
La profesora consideró necesario llevar a cabo un análisis profundo e integral del problema que presente la relación entre todos los factores que intervienen; desarrollar estrategias informativas y educativas a nivel social, familiar, escolar, laboral e iniciar programas de recomposición social que permitan: relaciones sanas, armoniosas y tolerantes entre los individuos. También se requiere ofrecer un contenido distinto al concepto de vida; identificar focos rojos y emprender acciones en nuestro entorno.
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