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Oración


La plegaria. Acrílica sobre cartulina. 19.0 x 25.2 centímetros.

En nuestra colaboración (Mi Ambiente número 711, del 23 de agosto del 2009), por razón de espacio quedó fuera un cierre que, a nuestro juicio, sería el adecuado, la bendición de Giovanni Bernadone (Francesco de Assissi), tomada del libro Números de la Biblia, capítulo 6:
24. Dos te bendiga y te guarde:
25. Haga resplandecer su rostro sobre tí, y haya de tí misericordia:
26. Dios alce a tí su rostro, y ponga en tí paz.
(Y vendrá bien recuperar el significado de la palabra bendecir cuyo origen bendeciré entraña la validez del bien decir, antónima de la desgastada maldición, que en una de sus acepciones es el habla del ignorante, maldecir: hablar mal. Entiéndase con ello porqué San Benito resulta el protector contra las maldiciones).

-oo-

Oh tú. Creador, Formador, míranos, escúchanos. No nos dejes, no nos desampares, tú que estás en el cielo y en la tierra, Corazón del Cielo, Corazón de la Tierra. Danos nuestra descendencia, nuestros hijos, mientras camine el sol y haya claridad. ¡Que amanezca, que llegue la aurora!
¡Danos muchos buenos caminos, caminos planos! ¡Que los pueblos tengan paz y sean felices! Danos vida buena y existencia provechosa… ¡Que amanezca y llegue la aurora!

-ooo-

Tú, Dueño del cerca y del junto,
aquí te damos placer,
junto a tí nada se echa de menos,
¡oh Dador de la vida!

… repartes tus dones,
tus alimentos, lo que da abrigo,
¡oh Dador de la vida!
Nadie dice, estando a tu lado,
que viva en la indigencia.
Hay un brotar de piedras preciosas,
hay un florecer de plumas de quetzal,
¿son acaso tu corazón, Dador de la vida?
Nadie dice estando a tu lado,
que viva en la indigencia.

1 Oración quiché en el Popol Vuh (El libro del consejo)
Literaturas indígenas de México
Miguel León Portilla
Mapfre/FCE, 1992

2 Ms. Cantares mexicanos, fol. 12v.
Los antiguos mexicanos
Miguel León Portilla
FCE, 1990

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