Con el fin de satisfacer la demanda de Petróleos Mexicanos (Pemex) de contar con tecnología eficiente para el transporte de aceite crudo pesado y extrapesado, investigadores del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) desarrollaron biotensoactivos, agentes reductores de la viscosidad del aceite crudo para su transporte a través de ductos.
A diferencia de los productos y tecnologías que hay en el mercado para reducir la viscosidad del aceite crudo, el proceso de emulsión inversa es una alternativa tecnológica interesante y versátil que aumenta el margen de operación de los pozos que producen petróleo extrapesado, ya que no requiere un diluyente o calentamiento.
Al respecto, el titular de la Gerencia de Transformación de Biomasa del IMP y líder del proyecto, Jorge Arturo Aburto Anell, explicó que los biotensoactivos, se pueden considerar como detergentes de origen biológico porque los encontramos en la naturaleza, en plantas y microorganismos y permiten limpiar de manera muy sencilla la suciedad presente en las prendas de vestir, por ejemplo.
Los biotensoactivos tienen propiedades de superficie de tal manera que permiten separar el aceite del agua y, en otras condiciones, hacer que tengan una unión mucho más fuerte. Estos biotensoactivos son detergentes que desarrollamos en el instituto y que nos sirven para facilitar el transporte del petróleo.
Los cuales se encuentran en la naturaleza, lo que nosotros hacemos es, dijo, en lugar de extraerlos de su medio natural, los sintetizamos mediante métodos de química verde, es decir, métodos que tienen bajo impacto ambiental ya que usan poca cantidad de agua, no tienen un proceso de separación complicado, etcétera. Utilizamos, por ejemplo, azúcares que podemos obtener de bagazo de caña.
Sobre la metodología aplicable para la producción de biotensoactivos, detalló que México es un país productor de azúcar de caña y se obtiene también bagazo como residuo que se quema en día en calderas. Esta azúcar podría utilizarse como materia prima para la síntesis de los biotensoactivos; sin embargo, esta investigación permite que se utilice el bagazo que está conformado por polímeros de glucosa. De lo que se trata es de obtener los monómeros de glucosa, modificarlos con derivados de ácidos grasos, que también se obtienen de las plantas, y obtener los biotensoactivos mencionados.
Recordó que esta línea de investigación comenzó en 2008 como investigación básica orientada, pero el desarrollo tecnológico inició a partir de 2010 y que actualmente, la investigación se ubica en una etapa de escalamiento preliminar, lo siguiente es producirlo a un nivel más grande para poder ir a un pozo productor de Pemex y probar la tecnología en campo.
Mencionó que el crudo extrapesado por lo regular sale a través de un pozo y con la energía térmica del petróleo a través de bombas se puede transportar por ciertos ductos hasta los barcos que lo llevarán a otros países o hacia las plantas de refinación.
Sin embargo, la gran cantidad de petróleo pesado extremadamente viscoso que se mueve por el ducto empieza a perder calor, se enfría y comienza a aumentar su viscosidad. Lo anterior pone en problemas su transporte. La forma tradicional de resolverlo es diluyéndolo; se agrega otro petróleo más ligero que permite bajar la viscosidad global de lo que transporta. El problema es que no todos los pozos de Pemex tienen o tendrán la disponibilidad de petróleos ligeros necesario para poder seguir haciéndolo.
De ahí la importancia de este proyeto que permitirá dar una mayor flexibilidad operativa a Pemex; ya que muy pronto van a estar confrontados a ciertos esquemas de operación de baja disponibilidad de petróleo ligero, para lo cual todavía no están preparados. “Esta alternativa que propone el IMP le permitirá seguir produciendo y transportando petróleo con una tecnología básicamente hecha en México. Además utiliza insumos basados en la química verde, la cual tiene menor impacto ambiental”.
Comentarios Cerrados