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Los líderes mundiales posiblemente esperaban una cena fina cuando se sentaron para almorzar en la ONU el mes pasado. Sin embargo, los chefs de cocina de la ONU tenían otro objetivo en la mira: No agregar nada a los miles de millones de toneladas de alimentos que cada año se desperdician.
Los chefs prepararon una comida completa de lo que podrían ser desperdicios alimenticios, utilizando vegetales perfectamente comestibles que, de otra manera, habrían sido tirados a la basura por su mal aspecto o porque su fecha de caducidad estaba próxima.
La comida incluyó el plato “ensalada de vertedero”, hecha con residuos de vegetales y “hamburguesas” de pulpa de fruta.
Reducir de manera importante el desperdicio de alimentos tomará algo más que una cena gourmet hecha con sobras, pero la tecnología puede ayudar.
Aplicaciones móviles como “Spoiler Alert” y “Food Cowboy” facilitan a los negocios de alimentos la donación de sus excedentes de comidas.
“PareUp” permite a los consumidores comprar en restaurantes y supermercados alimentos que no han expirado, con un descuento antes de que sean depositados en la basura.
Restos de alimentos, como cartílago de ala de pez raya y cabezas de bacalao entran los menús de los restaurantes, a medida que los chefs buscan la manera de reducir el desperdicio.
“MintScraps”, una aplicación de Internet, usa la analítica para ayudar a restaurantes y otras empresas del sector de la alimentación a vigilar el desperdicio de alimentos y considerar opciones más sostenibles.
Tú no necesitas ni usar un aparato móvil para encontrar innovaciones que eviten el desperdicio. La biotecnología puede evitar los daños o el que se marchiten los productos, una causa grande por la cual los productores, minoristas y consumidores descartan la fruta y los vegetales.
“Estados Unidos tiene la reserva alimenticia más productiva y abundante en la Tierra, pero gran parte de esos alimentos va a dar a la basura”, dijo Tom Vilsack, secretario de Agricultura de Estados Unidos, al anunciar la primera meta nacional de reducción del desperdicio de alimentos, la primera que se determina a estos efectos, en un 50 por ciento para el año 2030.
“En lugar de tirar la comida, veamos cómo la podemos dirigir a otra parte”, dijo.
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