Si se suma el agua de lluvia y de las fugas se observa que hay más agua limpia en el drenaje que la producida como agua residual en las casas e industrias, lo cual indica que la Ciudad de México requiere con urgencia establecer un manejo sustentable de sus recursos hídricos, declaró Óscar Monroy Hermosillo, profesor-investigador del Departamento de Biotecnología de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Destacó que “del agua de lluvia que cae en el Distrito Federal sólo se filtra al acuífero 12 por ciento equivalente a 5 metros cúbicos por segundo (m3/s) que es apenas 33 por ciento de lo que se extrae”.
El sistema de abastecimiento de agua potable se nutre de 16 m3/s directamente del acuífero y 12 del sistema Cutzamala-Lerma, situado a 150 kilómetros de distancia y a 1200 metros de desnivel que, además, tiene problemas de mantenimiento por su gran capacidad, agregó.
Detalló que se pierde en fugas 35 por ciento del agua extraída, y sólo se trata 10 por ciento de todas las residuales. “Dado que por nuestros drenajes corre más agua limpia que la transportada del Cutzamala, es necesario pensar en utilizar el agua de lluvia para usos potables y para la infiltración al acuífero, en lugar de seguir construyendo drenajes cada vez más grandes y caros”, subrayó.
Planteó que la basura y las aguas residuales pueden ser manejadas sustentablemente aprovechando la energía y nutrientes de la materia orgánica. Como propuestas para atender esta problemática señaló que “debemos pensar en la separación y en la descentralización del tratamiento de nuestros residuos orgánicos (agua y basura), en lugar de una gran Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR), como la de Atotonilco, Hidalgo, ubicada a 100 kilómetros del centro de la ciudad y que ocupa una superficie de 158 hectáreas”.
Recomendó colocar una planta de tratamiento de residuos orgánicos en cada delegación para tratar basura y distintas aguas negras, grises y amarillas. Junto a cada PTAR se deberá construir una planta de tratamiento anaerobio de basura para obtener biogás, cuyo metano puede ser usado para mover el transporte público
Este tipo de soluciones, dijo, no sólo facilitarían el tratamiento y reúso in situ del agua, sino que permitirían un intercambio de nutrientes con nuestras zonas rurales, así como la generación de industrias y empleo con diversas tecnologías para la producción de dispositivos domésticos ecológicos o generadores de electricidad.
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