Las cuotas legales de garantía para el uso y aprovechamiento del agua es responsabilidad de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que tasa en 19 pesos el metro cubico; mientras que la industria paga 1.20 pesos extra que le sube a 22 pesos para no perder sus derechos y se le obliga a gastar la cantidad de agua concesionada en otros fines, para no tener multas.
Lo cual fomenta el desperdicio no el ahorro, y como se crece conforme el tiempo con aspectos industriales, no se fomenta el tratamiento de la misma. Situación que se conjunta con la inexistencia de apoyos a la creación de plantas tratadoras como el reuso de aguas grises y negras, indicó, Raymundo de la Cruz Rodríguez, gerente de medio ambiente, AHMSA.
Indicó que los volúmenes de agua que no se usan en dos años se quitan, de ahí que se se les obliga a usarla o desperdiciarla, lo que es una gran incoherencia de Conagua que no fomenta el ahorro del líquido, sino su uso generalizado, pese a que en el discurso y campañas se habla de ahorro del líquido.
El manejo del agua es un aspecto de cultura y tecnología, ya que no puede salirse de estos rubros, pues su contaminación se debe no sólo a la industria, sino al propio ser humano sin importar en qué sector se ubique.
Indicó que, en ocasiones, se postergan inversiones ambientales por la crisis; en especial, en estos momentos el sector siderúrgico sufre por la falta de algún tipo de apoyo oficial para crear infraestructura propia para tratamiento, lo cual debiera discutirse en el Congreso de la Unión.
Debe reformarse la ley de agua donde se busquen programas de apoyo al tratamiento y reuso del agua que pueda ser a contrapago para incentivar económicamente para que todos hagan más uso eficiente del agua.
“Actualmente, la planta que estamos tratando cuesta 5 millones de dólares que tardará más de año y medio y se conjunta con el pago de la cantidad de agua ya concesionada, lo cual no ha sido analizado por el gobierno”, señala.
Comentó a Mi Ambiente que es vital que las empresas sigan apostando a crear nuevas plantas de tratamiento y con la ley actual hay una cantidad específica de agua concesionada, pero con hacer tratamiento se amplía la posibilidad de contar con más agua sin rebasar los límites permisibles. Se busca extraer menos agua del subsuelo y que exista más disponibilidad para la población.
Calos Ortiz, director de Ingeniería en Desarrollo Sustentable del Tecnológico de Monterrey Campus Santa Fe, sobre esta incoherencia de cobros de cantidad de agua no utilizada y desperdiciada, opinó a Mi Ambiente que ciertamente, la Conagua cobra por el volumen concedido a las empresas, lo usen o no, y dijo que es un problema más bien de las empresas, las cuales deben desarrollar usos innovadores del agua que tienen de sobra.
Es decir, “si la subutilizan es porque así lo quieren. Existe una serie de medidas que se pueden llevar a cabo para no tener que desperdiciar esa agua que tienen de sobra, tales como incorporarla en otras actividades de la línea de producción, emplearla en servicios dentro de las instalaciones o en riego de zonas verdes”.
Otra opción sería renegociar la concesión con Conagua para fijar una tasa más justa al precio del agua con base en su uso y no al volumen entregado, pero eso se antoja más complicado. Lo cierto es que el precio del agua al sector industrial es elevado y por ello las empresas tienen que hacer un uso eficiente del recurso, a través de la innovación.
Detalló que ya sea individuos o empresas, el costo del agua es un aspecto muy polémico, ya que “lo que no nos cuesta lo tendemos a desperdiciar. En lo personal, considero que lo que se cobra por el derecho al agua es poco y que existen, tal vez, demasiados subsidios para un recurso sin el cual sencillamente no podemos vivir.
“Pagamos más por tener internet que por tener agua en nuestra casa para beber, comer y descargar nuestros desechos en el baño”, agregó.
Dijo que más allá de incrementar el costo del suministro y depuración del agua residual (hay países donde se cobra un impuesto por tratamiento de las aguas negras), consideró que acciones para evitar el desperdicio del vital líquido se pueden realizar desde tres perspectivas: educación, innovación y compromiso institucional.
Francisco Bonilla, fundador y docente de la Universidad del Medio Ambiente (UMA), comentó a Mi Ambiente, que persisten tres fallas centrales en el sistema del agua en México, y es que no existe en los ciudadanos una cultura ni una percepción de valor del agua.
Los mexicanos (en particular, los habitantes del Valle de México), viven una relación de amor-odio con el agua desde la época de la conquista. Nuestra ciudad es el equivalente a “un tinaco con varios hoyos y varias mangueras que lo rellenan mientras se derrama”.
Indicó que la Conagua tiene una figura denominada “Bancos de Agua”, en relación al uso de agua en pozos concesionados, donde los usuarios pueden intercambiar libremente derechos parciales o totales de extracción.
En lo personal, me parece una práctica adecuada para fomentar la preservación de los acuíferos, ya que de esta manera no se aumentan los derechos de extracción en el gran total, sino se fomenta que los particulares intercambien sus derechos excedentes con terceros que los necesitan (dentro el mismo acuífero), a cambio de una transacción económica que se vuelve beneficiosa para todas las partes.
Pero el bajo porcentaje de reciclado de agua se debe a la falta de incentivos y de políticas ambientales correctas, sobre todo una cultura del agua que valore en su dimensión real para favorecer su limpieza, tratamiento, reuso y aprovechamiento.
Sobre aumentar el precio del agua al usuario, se refirió a la frase de José Saramago, “Dios da el agua, pero no la entuba”. Desde su perspectiva los usuarios deberían pagar el costo real por la proveeduría del servicio para fomentar su conservación. El esquema actual sólo favorece a los que mayor acceso tienen pagándola a menor precio.
El agua en México
- Las tarifas de pago del agua varían por entidad, consumir industrialmente 30 metros cúbicos por mes, en Tijuana cuesta 48.13, mientras que en Campeche 4.55 pesos.
- Para un consumo doméstico de 30 metros cúbicos por mes, en Morelia el metro cúbico cuesta 27.61 pesos y en Campeche 1.85 pesos.
- En el Valle de México la disponibilidad de agua es del orden de 74 metros cúbicos por habitante, lo que podría considerarse como una situación de estrés hídrico extremo.
- El Valle de México para 2030 el consumo de agua será de 91 metros cúbicos por segundo, el doble del actual y eso hará inviable al acuífero.
- La carencia de agua potable en México se agudiza en ciertas zonas, especialmente en comunidades de la Montaña de Guerrero y Oaxacay en la selva de Chiapas. Así como zonas urbanas como Iztapalapa, donde el agua subterránea es de mala calidad.
- Un problema de importancia mayúscula es la calidad del agua por su infiltración residual en zonas urbanas. Esto ocurre por lo viejo de la red de alcantarillado.
- En el territorio nacional, existen 653 acuíferos, de los cuales 100 están sobreexplotados.
- Sólo existen 300 inspectores que monitoreen las descargas de aguas residuales industriales para todo el país, lo que hace imposible saber el deterioro de la calidad del agua subterránea.
- Excesiva falta de acciones del gobierno, tan sólo en Ciudad de México hasta el 40% del agua en la red de agua potable se desperdicia en fugas.
Fuente: ITESM
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