La escasez de agua en la Ciudad de México es un problema cada vez más grande por lo que resulta necesario que a través de la ciencia y tecnología se encuentren soluciones eficientes que logren ampliar las opciones en cuanto a distribución y captación del líquido vital, por ello existen proyectos como Isla Urbana que se dedican a contribuir a la sustentabilidad a través de la captación de agua. El agua en el Valle de México proviene de dos fuentes principales: una es el acuífero sobre el que está construida la urbe, la otra fuente es el Sistema Cutzamala.
Según el director general y fundador de Isla Urbana, Enrique Lomnitz, el nivel de sobreexplotación del acuífero es crítico. “Sacamos mucha más agua de la que se recarga, y cada año hay menos líquido en el acuífero, progresivamente estamos llegando a un punto donde este manto acuífero sobre el que vivimos se va a agotar, que es un panorama potencialmente catastrófico”.
Por ello, estimó que es necesario comenzar a hacer cambios concretos, reales y prácticos para reducir la cantidad de agua que se extrae del subsuelo. “En un principio nosotros buscamos contribuir en la sustentabilidad de México para que nuestro trabajo sirviera para un objetivo mayor, nos interesaban mucho tres aspectos correlacionados: la sustentabilidad, ecología y marginalización”.
Cuando Enrique Lomnitz y sus compañeros decidieron hacer algo a favor de la captación y ahorro del agua, fue porque ellos mismos observaron la falta del líquido en algunas zonas de bajos recursos en la capital del país.
Comentó que “instalamos un primer sistema de cosecha de agua en la casa de una señora por el Ajusco, y tuvo tan buenos resultados que a partir de ahí decidimos dedicar todos nuestros esfuerzos a fomentar el uso de estos sistemas para que puedan causar un gran impacto social en la sostenibilidad de México”.
Los beneficios de este sistema son variados pero, según el creador del proyecto, se puede obtener agua de la más alta calidad si se sigue el proceso adecuado de captación. Para esto, se requiere que se diseñen muy bien todos los sistemas de este tipo: el agua cae sobre el techo de la vivienda por lo que el techo debe estar limpio, después el agua pasa por una malla para filtrarse de la basura grande, esto para que el líquido pase a un separador de primeras aguas que desecha los primeros 10 minutos del agua de lluvia, ya que los primeros 10 minutos de la precipitación fuerte es cuando el agua está lavando la contaminación del aire, por lo que en estos minutos el agua cae mucho más sucia, explicó Enrique Lomnitz, quien es egresado de la Escuela de Diseño de Rhode Island.
El proceso continúa en la cisterna donde se agrega un poco de cloro y se manda al tinaco con una bomba, el agua todavía tiene que pasar por un par de filtros, que comúnmente son de carbón activado, “ya con eso tienes un agua de muy alta calidad, por lo menos igual de limpia que la que se recibe actualmente en la Ciudad de México”, afirmó.
Los materiales que pueden ser empleados para la elaboración de un eficiente sistema de captación de agua de lluvia pueden variar de acuerdo al presupuesto, en Isla Urbana desarrollaron un separador de primeras aguas que denominaron Tlaloque que, según la mitología mexica, es el nombre que recibían los ayudantes de Tláloc encargados de distribuir el agua recolectada de la lluvia.
El Tlaloque desarrollado tiene la capacidad de ajustar el volumen del agua que se desea separar, además de ser autolimpiable para asegurar su eficiencia durante cada lluvia. El Tlaloque y su sistema de respiración aseguran la eliminación de entre 60 y 80 por ciento de los contaminantes antes de que el agua de lluvia entre a la cisterna, además de que se adapta a tres diferentes tamaños de techos.
El sistema completo está conformado por un filtro de hojas y basura de acero inoxidable, el Tlaloque, el reductor de turbulencia, una pichancha flotante, el tren de filtrado, un sistema de desinfección y el sistema de potabilización.
El sistema representa un gran ahorro, dice el emprendedor, pues con él se asegura tener cubiertas todas las necesidades de agua por lo menos durante seis meses al año en zonas como el Valle de México, «y no es tan caro como pareciera, pues si se quiere instalar, la única inversión grande es en la cisterna, todo lo demás son suplementos muy accesibles para el público en general».
Los sistemas de captación de Isla Urbana se han instalado en 16 estados de la República, en donde hay aproximadamente dos mil 150 sistemas en funcionamiento; estos han sido de todo tipo, desde los que se colocan en grandes viviendas hasta los que se establecen en los hogares más humildes.
Isla Urbana ha realizado proyectos de investigación para el desarrollo de más sistemas de captación para hacer más eficiente su uso e instalación. Actualmente el director general de la empresa mexicana se plantea llevar el proyecto a una escala mayor colaborando con instituciones del gobierno de la Ciudad de México y con las delegaciones políticas de la capital del país.
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