Una de las fuentes de emisión de contaminantes a la atmósfera es la fabricación artesanal de ladrillos, que se caracteriza por una amplia variedad de tipos y cantidades de combustibles usados para la cocción, según el Inventario Nacional de Emisiones de México, elaborado por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).
En 2008, se estableció que en el estado de Guanajuato (a cinco horas de la Ciudad de México) se contabilizaron 2 mil 362 ladrilleras establecidas que utilizaban madera, aserrín, combustóleo, gas LP, diesel y aceites residuales como combustibles. Según el estudio «Determinación de emisiones de gases de efecto invernadero en base a factores de emisión y monitoreo de eficiencia energética», en la comunidad El Refugio —ubicada en la ciudad de León— existían 273 ladrilleras que en su mayoría utilizaban madera como su principal combustible.
Para conocer los impactos de esta actividad, especialistas del Centro de Innovación Aplicada en Tecnologías Competitivas (Ciatec) cuantifican la presencia, generación y dispersión de las emisiones en el aire producto de esta actividad económica.
A través de la recolección de información sobre las condiciones climáticas y topográficas de las comunidades El Refugio y El Valladito, así como los combustibles empleados, los investigadores analizan los humos que se producen y los posibles patrones de su dispersión con el objetivo de identificar las áreas de riesgo para la población y tomar medidas preventivas o paliativas, sobre todo en los grupos más vulnerables.
La investigadora Alejandra Rivera Trasgallo, responsable del proyecto que se realiza a petición del gobierno municipal de la ciudad de León, dijo que se estudian las áreas donde se producen estas emisiones, las zonas de afectación, los horarios en que se generan y su comportamiento con el tiempo.
Y es que el proceso de producción es artesanal, con preparación de una pasta, moldeo y cocción en horno. En la mayoría de los casos carecen de infraestructura y de procesos estandarizados, utilizando combustibles que generan partículas altamente contaminantes como monóxido de carbono, óxidos de azufre y de nitrógeno.
Para la elaboración de la pasta utilizan arcilla, estiércol y agua; el moldeado de los ladrillos se hace directamente en el suelo dejándolos secar de manera natural hasta por seis días. Posteriormente son cocidos en hornos durante 24 horas, alimentando el fuego con los combustibles antes mencionados.
Para estudiar el comportamiento de las emisiones generadas al aire, el equipo de trabajo del Ciatec mide en el aire la cantidad de partículas emitidas MP10, que son aquellas con un diámetro menor o igual a diez micras (una milésima parte de un milímetro) capaces de ingresar al sistema respiratorio del ser humano. Se analizan las concentraciones con base en la Norma Oficial Mexicana NOM-025-SSA1-2014 en salud ambiental, que establece como máximo una cantidad de 75 µm/m3 de partículas menores a diez micras.
A fin de establecer los patrones de dispersión de los humos, se recolectan en campo datos climáticos como temperatura, humedad, radiación solar, dirección y velocidad de los vientos, los cuales son reunidos por los especialistas en las zonas que se analizan y que se complementan con los obtenidos históricamente durante varios años atrás en las estaciones de monitoreo de calidad del aire lo más cercanas al área de estudio, como de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), del Instituto de Ecología (IEE) de Guanajuato y del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León (SAPAL).
Además se registra y cuantifica la cantidad y tipo de los combustibles que se utilizan, porque cada uno presenta diferencias en el poder calorífico, en la calidad y proporción del humo que genera.
Aunado a ello se incluyen datos sobre el proceso de combustión en el horno, debido a que tiene un comportamiento diferente ya que al inicio se utiliza cierta cantidad de combustible, pero una vez que se alcanza la temperatura deseada solo debe mantenerse el fuego en esas condiciones, para después pasar a una etapa de enfriamiento.
Con el vaciado de los datos obtenidos en el software especializado AERMOD (que utiliza la Agencia Ambiental de Estados Unidos), se simulan los posibles patrones de dispersión de los humos emitidos durante la elaboración de los ladrillos.
Alejandra Rivera indica que a partir de esa simulación se detectan las áreas de riesgo para la población, pues dicho humo puede rebasar la cantidad de partículas permitidas en la norma que —a cierto plazo— afectaría la salud de la población al respirarse de manera constante por un tiempo determinado.
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