(Segunda de tres partes)
La Tierra, la Naturaleza sigue cobrando facturas. En estados, regiones, de México, y en otras partes del mundo: Colombia, por ejemplo. En la nación sudamericana, como en Oaxaca y Chiapas, ocurrió el desgajamiento de un cerro. “Es consecuencia de la desforestación…” dice Juan Sabines, gobernador chiapaneco. Sin duda. A desforestación se deben estas y otras tragedias.
El azolvamiento de los ríos, motivo por el cual se reduce su capacidad para llevar cantidades extraordinarias de agua pluvial, hasta hacerlas letales. Ojalá las autoridades responsables de todos los componentes de las inundaciones escucharan voces como la del diputado veracruzano, de Minatitlán, Antonio Martínez Armengol, que alerta y reclama el dragado de las desembocaduras de aquéllos.
En el país se han afrontado problemas hidrometeorológicos, huracanes e inundaciones, y telúricos, desgajamiento de cerros, en las últimas semanas.
Son fenómenos recurrentes. Suceden cada año. Tabasco, es un caso, de nueva cuenta tiene sus ríos desbordados. Las lluvias en Guatemala provocan aumento en sus caudales. No hay manera de detener al agua. Se le pretende controlar. Se construyen presas, se retiene el elemento. Las avenidas rebasan los límites de seguridad de los vasos y ante el riesgo de agrietamientos o roturas es necesario desfogarlos. El derrame cubre áreas donde se ubican poblados.
Comenta el diputado veracruzano Ricardo Ahued Bardauil, aplicado puntualmente en tareas de apoyo a la comunidad en su estado, “está desbordado el río Coatzacoalcos”. Sí, y el Papaloapan, y el Santo Domingo, el Tesechoacán, el Blanco, el Cotaxtla, el Jamapa, el de La Antigua, y los afluentes de todos ellos.
Tlacotalpan, Patrimonio de la Humanidad, es evacuada de nueva cuenta. También Minatitlán. Los damnificados se cuentan por miles. Las víctimas fatales acongojan a sus familias, a la población. Frente a la tragedia el apoyo a Veracruz fluye generosamente. Hoy nos despertamos con la noticia de que toneladas de bienes diversos son enviados desde Yucatán; brigadas médicas llegan de Tabasco (generoso en su propia desgracia), del Distrito Federal. En los centros de acopio de la capital de la República se reciben donativos de la gente solidaria con los estados golpeados por la Naturaleza. De todo México se tiende la mano generosa para los hermanos en desgracia.
La Naturaleza pasa las facturas. Sí, pero como bien dice el ingeniero veracruzano Luis Martínez Wolf (lmwolf@prodigy.net.mx) experto en cuestiones ambientales, en “Barloventeando”, Notiver (www.notiver.com.mx) 24 de septiembre: “…la pérdida de capacidad de los vasos, ríos, presas y lagos son efecto de una causa anterior, la deforestación, los vasos de captación necesitan normalmente mantenimiento de dragado, más los azolves es cosa prevista dentro de ciertos valores, se toma en cuenta en el caso de los ríos el movimiento y flotación de las partículas que los producen, deben ser suspendidas y arrastradas lográndose evitar los taponamientos… en caso de precipitaciones pluviales mayores. Los ríos se auto limpian o auto dragan, por eso su zanja aumenta, provocando la erosión de la corriente hidráulica vasos o cauces profundos como los llamados cañones: El Sumidero, en Chiapas, o el Colorado, en Estados Unidos.
“Debemos entender, aprender, lo que la ecología básica dispone, sin el árbol, el ser humano y en general la vida orgánica tiende a desaparecer, es un ciclo evolutivo de reacciones diversas en que el árbol es protagonista, al tomar el bióxido de carbono de la atmósfera, evita el efecto invernadero con el resultante calentamiento de las capas superficiales de la atmósfera, el sobrecalentamiento produce la saturación de humedad y las resultantes lluvias que se han salido del patrón tolerable, benéfico, al que la Naturaleza se había adaptado…”
Coincidimos con el Ing. Martínez Wolf: “debemos entender, aprender, lo que la ecología básica dispone…”
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