La Epilepsia ha tenido diferentes conceptos que se han ido modificando conforme se estudia más a profundidad este padecimiento. Cabe mencionar que las crisis epilépticas, son la manifestación clínica de una descarga anormal de una población neuronal.
La Epilepsia es una enfermedad neurológica crónica degenerativa, que afecta al 1% de la población mundial, es decir aproximadamente 50 millones de personas (OMS, 2015). En México, tiene una prevalencia de 18 por 1000 habitantes, alrededor de 1.5 millones, de los cuales 75 % inicio su padecimiento en la infancia entre los 5 y 7 años. Es decir, 2 de cada 100 mexicanos sufren de Epilepsia.
Se entiende por prevalencia, el número de casos existentes en una población dada y en un momento determinado. La prevalencia de la Epilepsia a nivel mundial revela que se encuentran afectados 5 de cada 1.000 habitantes. La incidencia, es el número de casos nuevos que aparecen en una población determinada, en un intervalo de tiempo determinado. La incidencia de la Epilepsia a nivel mundial se encuentra entre los 17 y 70 casos por cada 100.000 habitantes.
La prevalencia de las crisis epilépticas es similar en todos los países industrializados y es alrededor de 5 por mil cuando se consideran pacientes con Epilepsia crónica. La incidencia de las crisis anualmente es de 50 por cada 100.000 habitantes. La incidencia va a cambiar con relación a la edad, así es mayor durante los primeros años de vida, volviendo a aumentar en la vejez. Se ha calculado que la probabilidad de sufrir una crisis epiléptica durante la vida, si viviéramos 80 años, sería del 10%.
Como pacientes, necesitan conocer algunos datos importantes y resolver algunas dudas para poder sobrellevar la enfermedad y nuestro tratamiento lo mejor posible, por lo cual Centro Aura dio a conocer algunos datos importantes a considerar:
Asistir a actividades recreativas, fiestas, etc, en horario nocturno, implica desvelos por lo que se recomienda dormir una siesta previa al evento y dormir más horas después del mismo, desde luego sin cambiar el horario ni omitir la toma de medicamentos para la Epilepsia.
Es muy importante tener una buena comunicación con el médico tratante para conocer las limitantes de cada caso. El café, los refrescos de cola y el té contienen cafeína que es un estimulante del cerebro. Este tipo de bebidas pueden consumirse en pequeñas cantidades, pero si el consumo es excesivo pueden disminuir la efectividad del tratamiento anti-epiléptico y provocar crisis.
En el caso del alcohol se estima que es dañino para cualquier persona y además está contraindicado asociar el alcohol al tratamiento para la Epilepsia, pues los medicamentos interactúan con el alcohol aumentando el efecto de este. Peor aún sería la suspensión del tratamiento para tomar bebidas alcohólicas, pues se corre un alto riesgo de un severo descontrol de la Epilepsia. Por estos argumentos se recomienda no consumir bebidas alcohólicas. Aunque pequeñas cantidades de alcohol no son nocivas, cada caso es diferente y habría que consultar la posibilidad de su consumo con el médico tratante.
A excepción de deportes de alto riesgo como el alpinismo, al automovilismo, o el buceo, entre otros, la mayoría de los deportes que se practican individualmente o en grupo no implican riesgos para la persona con Epilepsia y pueden ser practicados. La actividad deportiva es buena para la salud en general, disminuye el estrés y favorece la integración del individuo a su medio social.
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