Sustentabilidad

Gambusia; centinela de los cenotes de Yucatán

Conocido en México como guayacón yucateco y en inglés como mosquito fish (pez mosquito), la Gambusia yucatana es un pez que se distribuye ampliamente en la península de Yucatán, por lo que investigadores de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México en Yucatán (UAY UNAM) lo han propuesto como organismo centinela para la evaluación del efecto de contaminantes en estudios de biomonitoreo en cuerpos de agua de la región.

Un centinela es el primero en enterarse de lo que ocurre en un medio determinado. En el área de ecotoxicología, es la especie que está presente en el sistema en el que se desea estudiar el efecto de diversos contaminantes, siendo el primero que brindará información sobre los posibles daños que presenta el ecosistema.

Al respecto, la responsable del Laboratorio de Ecotoxicología de la Unidad de Química Sisal en la UAY UNAM, Gabriela Rodríguez Fuentes, señaló que el pez mosquito ha sido empleado por más de 20 años como organismo centinela en Estados Unidos, y el guayacón yucateco fue retomado para estudiar cómo funciona la especie en las condiciones tropicales de Yucatán.

gambusia yucatana

Para esto, los investigadores se dieron a la tarea de generar secuencias parciales de genes relacionados con la exposición a contaminantes y evaluarlos en diversos cuerpos de agua de la península. De igual manera, se encargan de medir marcadores relacionados con estrés oxidante para comprender el estado de vida general del organismo.

Apuntó que el proyecto contempló el análisis de tres genes de relevancia científica. «El primero es el gen CYP1A (citocromo P450 1A), que nos permite saber si el pez estuvo expuesto a moléculas que tengan una estructura plana, que tiene compuestos muy tóxicos como plaguicidas (dioxinas, los PCB, algunos hidrocarburos poliaromáticos, entre otros) y estos han estado presentes históricamente en la mayoría de los cuerpos de agua».

El segundo gen es la metalotioneína, un gen que se expresa cuando el organismo está expuesto a concentraciones altas de metales. «Si tenemos unos pececillos en un cenote que tengan concentraciones anormalmente altas de metalotioneínas, nos indica que el pez estuvo expuesto a metales y, por tanto, debemos conocer qué es lo que está haciendo que las concentraciones de los metales aumenten en ese cuerpo de agua en específico, ahí es cuando nos apoyamos con los colegas que hacen mediciones en agua y sedimento».

El tercero es la vitelogenina, un gen precursor de la yema de los huevos (corresponde a la parte de proteína de la vitelina). De acuerdo con la investigadora, este gen se encuentra en organismos que producen huevos, es decir, las hembras de los reptiles, aves y anfibios.

Debido a esto, cuando se expresa la vitelogenina en machos y organismos juveniles, que de manera natural no debieran producirlo, es consecuencia de la exposición a sustancias contaminantes del ambiente que se comportan como estrógeno, como lo hacen algunos plaguicidas (por ejemplo, DDT), compuestos farmacéuticos (pastillas anticonceptivas) y de cuidado personal (bloqueadores solares), por mencionar algunos.

Apuntó que «lo que queremos es establecer una serie de biomarcadores que podamos medir en el pez mosquito que nos dé una idea del grado de su exposición a los contaminantes. Una vez que comparemos diferentes sitios, podremos conocer cuáles están en mejor y en peor estado».

Con esto, se propone un programa de biomonitoreo para conocer no solo los contaminantes presentes en cuerpos de agua de Yucatán, sino también sus efectos en las especies que ahí habitan. «Para esto, necesitamos la señal biológica del organismo que informe sobre los efectos de los contaminantes, y eso es lo que desarrollamos en el laboratorio», finalizó.

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