La política
El estado de México significa movilidad política. Eruviel Avila Villegas, es el nombre del gobernador. Es el nombre más repetido. De los políticos es el más conocido. Por dos fenómenos geográficos. Gobierna la entidad del país más poblada. Es el estado colindante de la Ciudad de México. Es parte del Valle de México, entendiendo extensiones del estado de Hidalgo y de Querétaro. Todo eso suma una cifra de población equivalente a dos terceras partes. El gobernador en turno es muy conocido. Ese aglutinamiento poblacional significa una interrelación de vida diaria, por empleo, por escuelas, por comercio, oportunismo, por transporte, con la entidad mexiquense, que es una bujía central de la productividad.
Eruviel Avila sonó más de lo acostumbrado. Ganó la postulación a gobernador rompiendo el hábito del valle de Toluca, él es de Ecatepec. Y está en la recta final. Tras rendir su quinto año de gobierno, con un enlistado enorme de obra pública y social. Ahora, empieza otra meta, otro reto, buscar la candidatura a la Presidencia de la República. Entra al juego con un morral lleno de canicas, que significan ciudadanía. Sí ya es tiempo, él y sus asesores sabrán. Sí gana o no, es cosa de él, del Presidente Enrique Peña Nieto y del liderato Priista. Pero al cumplir con el mensaje por su quinto año de gobierno, se dijo “Vamos por la grande”. En el periódico semanario Mi Ambiente, hemos publicado análisis sobre la sucesión presidencial. Esta que viene será diferente.
No es el único. Miguel Angel Osorio Chong, actual Secretario de Gobernación, ya echó canicas al juego. Con unos spots. Y no dice nada. Es presencia. Otro que saltará al ruedo, pronto, será José Antonio Mead. Y no olviden a Manlio Favio Beltrones; tiene como ancestros históricos a los sonorenses, Plutarco Elías Calles, Alvaro Obregón, Adolfo de la Huerta, con larga y sólida carrera política. Manlio trae su plan ranchero. Son los calendarios y el estado de México es referente.
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