La obesidad y el sobrepeso –provocados por los malos hábitos alimenticios, el sedentarismo y la falta de acceso a alimentos nutritivos- se han convertido en el principal problema de salud pública en América Latina y México, país que ocupa el primer lugar mundial con obesidad y sobrepeso infantil y el segundo en adultos.
Los datos son reveladores, en donde se señala que el 73% de los adultos y 35% de los niños y adolescentes en México tienen sobrepeso u obesidad, lo que se traduce en un total 60.6 millones de personas (52% de los mexicanos), sufran esta condición, lo que representa el principal riesgo de muerte en nuestro país y 25% de las incapacidades laborales relacionadas con enfermedades asociadas como diabetes, cáncer, hipertensión arterial, padecimientos cardiovasculares, gastrointestinales y renales, colesterol y triglicéridos altos, trastornos óseos y musculares.
De ahí que sea una necesidad imperante el combate de estos males; cuya solución requiere del apoyo de programas médicos personalizados, basados en una adecuada nutrición aplicada a la salud, con protocolos especializados para saber bien comer, ya que no sólo es cosa de la voluntad del individuo o de dejar de comer, sino el saberse alimentar de forma correcta.
Un caso que se está aplicando en México, es el llamado Ritmonutrición, creación de Ysonut, laboratorio francés que aplica estos tratamientos a base de la cronobiología nutricional, la micro y macro nutrición para abordar la obesidad y prevenir enfermedades como el síndrome metabólico, los padecimientos gástricos, ginecológicos y endócrinos, resolver la carencia de nutrientes en el organismo, además de corregir los malos hábitos alimenticios.
Este sistema se sustenta en protocolos que optimizan la eficacia de la reducción de peso, siguiendo los principios de la cronobiología nutricional, que previene también enfermedades, mejora el funcionamiento del organismo y la calidad de vida, aplicando micro y marco nutrición para administrar a la cantidad exacta de nutrientes y vitaminas a cada célula del organismo para que mantenga o recupere su bienestar, al dar especial importancia a la nutrición y al uso de micronutrientes y macronutrientes, basados en la rehabilitación celular mediante el restablecimiento químico interno.
A través de tratamientos médicos y nutricionales, diseñados de acuerdo a las características de cada paciente, el cuerpo recibe un aporte óptimo de proteínas de alto valor biológico, necesarias para proteger la masa magra (huesos, músculos y piel); controlar los niveles de glúcidos (azúcares) y lípidos (grasas) y proveer micronutrientes (vitaminas, minerales, antioxidantes, ácidos grasos esenciales como los omegas 3, 6 y 9), indispensables para el normal funcionamiento del organismo.
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