La política
El presidente Enrique Peña Nieto ve un país. Existe y es real. Los pesimistas ven otro país. Que existe. Los enemigos del gobierno, y de Peña Nieto, inventan otro país y exageran. No es real. Socialmente hay varios estados, hay pueblos. Hay varios municipios. Hay varios barrios y varias colonias. Existen con sus diferencias físicas. El mosaico de mil colores y mil rostros existe en Chiapas, en Baja California, en Jalisco, en el estado de México. Y en la misma capital del país existen varios “Méxicos”.
Hay grupos pobres, medios pobres. Y muy pobres. Hay clases medias. Medias bajas y medias altas. Hay Grupos ricos. Y más reducidos pero físicamente, socialmente, hay ghetos, gremios, privilegiados económicamente. Ese mosaico de los extremos están en la ciudad de México. Son extremos, muy diferente. La gente que vive en las Lomas de Chapultepec y la gente que vive en Peralvillo o en la colonia Moctezuma, visten y comen diferente, el nivel de vida económica y cultural es distinta. La diferencia está entre ser pobre o ser rico.
Igualmente es diferente la vida en Zacatecas con Jalisco o Sinaloa. En suma, hay pobres, ricos. Con vida al día y con vida privilegiada. Hay tela de donde cortar ¿Quiere mostrar un México pobre, desigual, marginado. Existe y lo encuentra en las ciudades, en las regiones industriales o el sector del campo?.
En esa variedad de estratos sociales se escoge para exhibir, criticar, acusar o atacar. Y es real. Hay pobres y sirven para arremeter contra el gobierno que habla de crecimiento de la economía. O de mejor calidad de vida. Pero se niega lo que existe. Hay mayor consumo, porque hay para comprar. El discurso de Peña Nieto es de optimismo, incluso, en torno a la relación con el nuevo Presidente de Estados Unidos, Donald Trump. No todo es malo.
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