Una de las peores pesadillas de las personas es perder la vista, y en el mundo se estima existen 39 millones de personas con ceguera. Mientras que en México se tiene registro de 1.5 millones, lo que rebasa la capacidad del gobierno para darles atención.
La discapacidad visual es la segunda más numerosa en México, solamente superada por la motriz. Las enfermedades más frecuentes son el error refractivo, la retinopatía diabética, degeneración macular, cataratas y glaucoma misma que, de ser diagnosticadas de forma temprana, previene la aparición de complicaciones y de discapacidad visual.
En México, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 48.5 millones de personas requieren de servicios optométricos. Para David Lozano Rechy, del Instituto de Oftalmología, el problema de baja visual número 1 es la retinopatía diabética: “es devastadora desde el punto de vista visual, en México mucha gente tiene el desconocimiento de la enfermedad y por eso llegan a estados tan avanzados”.
El número estimado de personas con discapacidad visual en el mundo asciende a 285 millones, de las cuales 39 millones son ciegos. Esto supone una disminución respecto al número de personas con discapacidad visual estimado en 2004, según la Organización Mundial de Salud. La disminución se debe a la intervención de instituciones de salud que han permitido reducir el número de personas con discapacidad visual.
Para atender esta necesidad humana, el Instituto de Oftalmología, el más grande de México, atiende a 300 mil personas, abrió una nueva sede, el Instituto de Oftalmología Fundación de Asistencia Privada Conde de Valenciana, que brinda atención a pacientes de toda la república mexicana.
Entre algunos de los casos a mencionar es José Velasco, originario de Comitán de Domínguez, Chiapas y que llegó al Instituto por recomendación de un tío que “se curó ahí”, tiene obstrucción en la vía lagrimal izquierda, lo operarán el próximo 18 de abril y no dejará de ir hasta que quede bien.
Otro caso es Karina Casales, quien es diabética y sabe de la importancia de una revisión oftalmológica profunda en su estado. Sin embargo, hay personas que acuden a consulta con deterioro visual severo muy avanzado, lo que limita la realización de tareas cotidianas, “muchos pacientes llegan con desprendimiento de córnea, con catarata y se rehabilitan para que sean productivos en su vida cotidiana”, señaló David Lozano Rechy, Director del Instituto.
En México, hay pocos lugares que atienden problemas oftalmológicos de manera asistencial, como lo hace el Instituto de Oftalmología, institución que atiende 300 mil visitas anuales y realiza cerca de 10 mil intervenciones quirúrgicas, sin importar condición social y capacidad económica de quienes allí acuden.
Ha trabajado con el gobierno de la Ciudad de México para atender a pacientes a través del Seguro Popular, además de ser una institución afiliada a la Universidad Nacional Autónoma de México para formar médicos oftalmólogos e impartir cursos de pregrado, posgrado, maestría y doctorado en ciencias médicas relacionadas a la visión.
Para soportar la demanda y seguir apoyando de manera asistencial y captar recursos para canalizarlos, se creó una nueva sede del Instituto de Oftalmología en el poniente de la Ciudad con el fin de fortalecer la ayuda asistencial, la enseñanza, la educación y la investigación a través de la comunión de un centro oftalmológico con Centro Médico ABC reconocido nacional e internacionalmente por su calidad en la atención médica., señaló. Carmen Abella, Directora Administrativa del Instituto de Oftalmología sede Santa Fe.
Esta sede se suma a las 4 ya existentes, Tlaxcala, Ometepec, Nutrición y Centro y cuenta con quirófanos de oftalmología y equipos de diagnósticos más sofisticados que permitirá se resuelvan las enfermedades oculares con la mayor calidad y eficiencia posible.
Hoy en día este tipo de padecimientos pueden solucionarse en México con las técnicas de fotocoagulación o cirugía en el Instituto de Oftalmología. También se atienden casos de glaucoma, estrabismo, obstrucción de vías lagrimales, oftalmología pediátrica, así como padecimientos de transmisión hereditaria, a través del departamento de oftalmología genética, donde se evalúan las enfermedades y, en un futuro, podrán prevenirse a través de la terapia génica.
Dicha terapia consiste en “incorporar en un virus un código que va a dar un mensaje a la estructura del ADN de una célula dañada y modificarla para que no se desarrolle esa enfermedad, por ejemplo, la retinosis pigmentaría y algunos tipos de glaucoma”, aseveró Lozano Rechy.
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