En el libro “El buscador de cabezas”, de Antonio Ortuño, se puede leer una combinación de historias en donde se conoce a un fascista rencoroso y paranoico que, además es periodista; políticas intolerantes, movimientos ultras que se acercan cada vez más al poder y la celebración de elecciones para renovar los gobiernos, aderezadas de personajes aterradores y atractivos, resulta un imán difícil de escapar, sobre todo cuando se piensa que conforman una realidad factible en el México distópico del 2017.
De esta manera, este libro publicado por Tusquets, su autor se adelanta a la oscuridad de la época actual donde parece más que una posibilidad sobrevivir en el mundo creado en la novela: un país gobernado por grupos fascistas, de ultraderecha, donde la intolerancia desata una cacería de opositores y deriva en un baño de sangre que termina por salpicar a todos.
Cabe señalar que este libro es calificada como la Mejor novela publicada en 2006, que llega en su versión definitiva 11 años después, y sorprende ver como lo que entonces parecía un producto de la imaginación (como son algunos de los hechos que reportea el periodista Álex Faber, personaje principal), cobran una luz diferente con el paso del tiempo y la realidad que vive no solo México, sino muchos países más.
De esta manera se pregunta, ¿quién puede creer, en verdad, en lo que hacen y dicen una serie de tipos enfundados en ropas negras, quién puede creer que sean reales, que esos gestos viriles demasiado acentuados no son una pantomima, que sus ideas sobre el comportamiento de los hombres no son parte de una broma o una promoción comercial incomprensible?.
Ello escribe el autor que a principios de abril ganó el V Premio Ribera del Duero, y quien ha comentado que “les diré quién lo cree. Les diré que al marica que cuelga de una viga por los pies, molido a golpes por cuatro niños, no le queda más remedio que creerlo porque le han pisoteado sus plantas, cultivadas con una delicadeza que los golpeadores jamás presintieron”, dice”. “Lo cree el oficinista que es detenido por pedir su diario habitual al voceador, un diario prohibido por no retratar los desfiles del Movimiento con el necesario cariño”.
El autor es periodista, hijo de inmigrantes españoles. Ha sido traducido a media docena de idiomas. En 2010, la revista británica Granta lo eligió como uno de los mejores narradores jóvenes en lengua española. En 2011, GQ México lo nombró escritor del año. Es columnista en Más por Más y El Informador, y colaborador de Letras Libres, Letras Explícitas y La Tempestad. Otros libros publicados: Recursos humanos (2007), Ánima (2011), La fila india (2013), Méjico (2015), así como de los libros de relatos El jardín japonés (2007), La Señora Rojo (2010) y Agua corriente (Tusquets 2016), además de la novela juvenil El rastro (2016).
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