Miles de personas participaron en más de 260 eventos en seis continentes durante la Movilización Global por la Desinversión, demostrando liderazgo climático dirigido por el movimiento, mientras los asesores climáticos participan en las conversaciones sobre el clima en Bonn y los ministros se preparan para la cumbre del G7 en Sicilia.
Cabe recordar que activistas, grupos religiosos, académicos y comunidades afectadas han creado el movimiento por la desinversión de los combustibles fósiles, que se está expandiendo por Asia, Latinoamérica y África, y está sentando las bases para futuras desinversiones.
En la actualidad los gobiernos le están fallando a su gente, cuando el Presidente Trump está amenazando con abandonar el Acuerdo de París, y los impactos climáticos nos llevan a territorio inexplorado en términos de inundaciones, incendios forestales, olas de calor, tormentas y sequías – la desinversión ha demostrado ser una manera efectiva de mermar el poder de la industria de los combustibles fósiles política y financieramente.
«No podemos mantenernos exentos. Los cambios climáticos ya son una realidad, y millones de personas y toda la biodiversidad son impactadas diariamente. Tenemos una opción de interrumpir este escenario de destrucción, que tiende a empeorar con el agravamiento del calentamiento global, desinviniendo de proyectos contaminantes y perversos como el fracking Y dejando los combustibles fósiles en el suelo «, alerta Nicole Figueiredo de Oliveira, directora de 350.org Brasil y América Latina.
Durante el GDM ciudadanos e instituciones respetadas en todo el mundo fueron capaces de promulgar un liderazgo climático inmediato y muy necesario. Esto incluye el anuncio de nueve organizaciones católicas de todo el mundo de su decisión de desinvertir sus carteras de los combustibles fósiles, lo que supone la mayor desinversión católica conjunta hasta la fecha. Un total de 27 instituciones católicas han desinvertido. Mientras tanto, en Brasil, más de 3.000 personas participaron en una oración de vigilia frente a la catedral Umuarama, para expresar su esperanza de un futuro libre de combustibles fósiles.
El compromiso global por la desinversión ha llegado a 710 instituciones en 76 países, representando más de 5,5 billones de dólares en activos bajo gestión, evidenciando que la industria de combustibles fósiles no tiene futuro.
En Europa, más de 1.000 personas marcharon en Múnich, Alemania, y se llevaron a cabo demonstraciones en Reino Unido, incluyendo protestas en 14 ayuntamientos de Londres, demandando la desinversión. Los activistas también desafiaron a universidades, instituciones religiosas, sanitarias y culturales como el Louvre en París, el Museo van Gogh en Ámsterdam y el Museo Británico.
DESTAQUES DE LA MOVILIZACIÓN:
Los ciudadanos se dirigieron a instituciones culturales para que rechacen el patrocinio de los combustibles fósiles, incluyendo el Louvre, el Museo van Gogh y el Museo Británico. Activistas en Estocolmo, Suecia, representaron una ‘inundación’ frete al Museo Nobel para instar a la Fundación Nobel a desinvertir.
Los grupos religiosos adoptaron una posición moral y se comprometieron con la desinversión incluyendo más de un cuarto de las reuniones Quaker en el Reino Unido. Además, nueve instituciones católicas desinvirtieron y un grupo de 30 clérigos, incluyendo a tres obispos de la Iglesia de Inglaterra, enviaron una carta abierta al Comité de Pensiones de la Iglesia de Inglaterra pidiendo que desinviertan de las compañías de combustibles fósiles y que inviertan en alternativas renovables.
Estudiantes y académicos continuaron marcando el camino con acciones creativas, incluyendo actividades en la Universidad de San Martín, Argentina; Universidad Católica Boliviana, Bolivia; Fossil Free Stellenbosch y Fossil Free University Cape Town en Sudáfrica; AbubakarTafawaBalewaUniversity en Nigeria. Estudiantes belgas hablantes de francés y flamenco publicaron una carta abierta conjunta instando a sus instituciones a detener sus inversiones en combustibles fósiles.
Los bancos sintieron la presión para desinvertir de las centrales de carbón, las arenas alquitranadas, los oleoductos y el fracking.
Los políticos también sintieron la efecto de las actividades en la Torre Trump en Nueva York, más de cincuenta diputad@s apoyaron el llamamiento al fondo de pensiones de 612 millones de libras del parlamento británico a ‘tomar el cambio climático en serio’ y desinvertir de los combustibles fósiles. En Holanda, profesores, científicos y funcionarios públicos se enfrentaron al fondo de pensiones nacional ABP que continúa invirtiendo sus pensiones en combustibles fósiles.
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