Se dio a conocer el regreso triunfante del Teatro en Corto de Pablo Mendizábal, que trae la obra: “Los señores del norte”, en donde se tiene el buscar un objetivo muy concreto el alcanzar 2 mil 600 espectadores que con antelación vieron “Secuestro”, su montaje anterior.
Ninguna otra obra de teatro en corto ha conseguido tantos espectadores, como esa historia que ha dado 144 funciones dentro del concepto creado por Lolita Cortés y Paco Lalas.
El récord (que incluye las obras puestas en cualquiera otro Teatro en Corto) tiene dos secretos y Mendizábal los revela y que son “primero, es una historia real, surgida a partir de una anécdota de Carlos Moreno Cravioto, el escritor de la obra, pero que también nos tocó a todos los que participamos porque durante el desarrollo nos dimos cuenta que cada uno teníamos una historia relacionada con este problema; yo mismo he sido víctima de dos secuestros”. El segundo secreto es: evitar el tono panfletario.
Dijo que “lo que sucede en muchas otras obras que se ponen de teatro en corto es que terminan haciendo sketches. Nosotros nos preocupamos por la ortodoxia del teatro. En ‘Secuestro’, por ejemplo, hay un elemento mágico que sirve para involucrar al público de manera sentimental. Apelamos a un sentimiento fundamental del ser humano: el miedo. No nos interesa hacer sketches snob”.
Bajo ese mismo sistema de trabajo es que Mendizábal (actor, director y dramaturgo) trabaja ya en los ensayos de “Los señores del norte”, montaje en el que Charly López (el ex Garibaldi e integrante actual del show “Sólo para mujeres”) interpreta a “El Negro”, un viejo capo de la droga, que se ve en la necesidad de negociar con un cártel de Nueva Generación.
Se trata, por supuesto, de otra obra que roza la realidad mexicana de manera cruda, sin concesiones, pero respetando siempre la ortodoxia de la dramaturgia, esta vez a partir de la ópera.
“Podemos definirla como una puesta en escena operística. No se trata de que los actores aparezcan cantando, sino de un tono en el que la música va acompañando a la historia. Se escucha desde un grupo de death metal brasileño, hasta Carmina Burana”.
Otra vez, como en “Secuestro”, Pablo Mendizábal ha puesto en juego sus entrañas para el montaje de “Los señores del norte”. Definió que “es una historia de narcotráfico que me dio miedo contar durante un tiempo, porque mi mujer vivió en una zona que fue muy afectada por la violencia. Mi familia política fue afectada por un secuestro y la desaparición de una persona que no hemos encontrado”, revela Mendizábal, quien también actúa en la obra junto a Jorge Lemus, Miguel Mena, Jorge Reyes, Carolina Torres, Ingrid Águila y Alejandro Soto.
Con la cabeza de un buey de por medio, el público que asista a esta obra de Teatro en Corto presenciará traición sobre traición sobre traición sobre traición. Las cuatro en apenas 19 minutos. “Estamos contando algo sobre los descabezados, los desaparecidos, pero siempre desde un punto teatral y operístico, ortodoxo con un tono de Macbeth sangriento”.
Al final, la idea es proponer “que la gente vea que toda esta violencia se erradicara de inmediato en el momento en que se legalice el consumo de drogas”, dice Mendizábal.
La anécdota sobre la que descansa la obra es que la plaza de Navolato está en venta y esa negociación es la que reúne a los dos capos de distintas generaciones. Todo eso con unos datos reales sobre la droga: la producción de un kilo de heroína cuesta a los narcotraficantes mexicanos 500 dólares. El precio de calle en México es de 2 mil dólares y, en Nueva York, 50 mil dólares. El estreno de la obra es el 24 de agostos y estará hasta el uno de octubre en la cartelera mexicana en el sur poniente de la capital.
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