Las ciudades crecen desmedidamente a partir de procesos productivos que sólo responden a intereses económicos, lo cual ha modificado la densidad del paisaje urbano, disminuyendo en forma dramática el espacio verde con la comercialización de vivienda en serie y condiciones de supervivencia poco saludables, señaló Xristos Vassis, profesor-investigador de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en la Ciudad de México (CDMX).
La industria de la construcción es altamente contaminante por lo que debemos cambiar nuestras prácticas en este ámbito a partir de una postura crítica sobre cómo vamos a solventar el problema de la vivienda, pues tenemos edificios que gastan demasiada energía y que desde su concepción hasta su demolición implican la generación de desperdicios y pérdidas energéticas, enfatizó.
El académico del Departamento de Evaluación del Diseño en el Tiempo puntualizó que lo anterior provoca desequilibrios ecológicos, debido a que el sistema hidrológico de la Ciudad de México y zonas naturales protegidas perdieron sus características originales.
La cultura del automatismo, el consumo y la tecnocracia ignoran la supervivencia humana, además de que propician contaminantes, efecto invernadero, radiaciones electromagnéticas, todas ellas problemáticas producidas por las industrias de la construcción y manufacturera.
Detalló que “la Organización de las Naciones Unidas estima que 54 por ciento de la población mundial vive en áreas urbanas y que para 2050 esas mismas zonas concentrarán a 66 por ciento de la gente; para el 2100, las ciudades africanas tendrán una población aproximada de 85 millones de habitantes por cada urbe.
En el caso de México se prevé que las metrópolis medianas y pequeñas comenzarán a extenderse hasta convertirse en megaciudades, por lo que es necesario “evitar el sobrecalentamiento de los edificios con grandes superficies expuestas y retomar el concepto tradicional de economía de la arquitectura anónima popular en los intentos contemporáneos de mitigación al cambio climático”.
Debe comenzarse a construir vivienda que incluya sistemas de ventilación natural y por subsuelo, con espacios semiabiertos y de siembra a partir de materiales ecológicos reciclados o reciclables. “Hoy en día los metros cuadrados de vivienda que le corresponde a la mayoría de la población no permiten el desarrollo de la individualidad, cuando es un componente necesario para los grandes cambios”.
Por su parte, el doctor Víctor A. Fuentes Freixanet, profesor-investigador del Departamento de Medio Ambiente de la Unidad Azcapotzalco de la UAM, indicó que “Europa se encuentra a la vanguardia en cuanto a tecnologías biosustentables, por ello la intención de difundir algunos casos de éxito implementados en esa región y analizar la posibilidad de aplicarlos en México, sobre todo nos interesa abordar el tema desde un punto de vista didáctico”.
Ya que los edificios deben levantarse a partir de la sustentabilidad y el bioclimatismo, pensando en el potencial de confort y el ahorro de energía de las futuras construcciones, pues “somos una de las naciones con más recursos naturales” y el uso de energías renovables es “una área de oportunidad sobre la cual deben trabajar intensamente las nuevas generaciones de arquitectos”, concluyó.
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