Para todos aquellos que en el “día del amor y la amistad” meditaron ¿porqué no funcionó?, ¿porqué ni siquiera sabe que existo?, les doy dos pistas: oxitocina y serotonina.
La oxitocina, mejor conocida como la hormona del amor, es la encargada de provocar sentimientos de amor, confianza, generosidad y demás patrones asociados a la afectividad y ternura que ayudan a crear lazos emocionales.
Mientras que la serotonina es la culpable de alterarte después de ese beso, la que inhibe o fomenta el deseo sexual, controla la actividad motora, funciones perceptivas y cognitivas y, por si fuera poco, influye significativamente en la hormona que regula el sueño.
Niveles bajos de oxitocina producen: celos, desconfianza, poco entendimiento, y si a esto le sumamos que niveles bajos de serotonina producen: autismo, depresión, agresividad, insomnio y migraña. Si tienes deficiencias de ambas, probablemente tengas como resultado que tu relación no logró sobrevivir a esa última crisis.
Ahora, calma, no entres en pánico, estas hormonas se encuentran de manera natural y artificial en ciertos alimentos y se puede fomentar su producción con el ejercicio y, si nada de esto te funciona, también las puedes conseguir en spray.
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