Al menos 200 mil personas en México requieren de hemodiálisis para el tratamiento de la Insuficiencia Renal Crónica (IRC), por lo que a partir de este mes, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), ubicada en la Ciudad de México, abrirá sus puertas a la Clínica de Investigación en Hemodiálisis.
Joaquín Azpiroz Leehan, titular de la clínica e investigador del Centro de Investigación en Instrumentación e Imagenología Médica (CI3M) de la UAM-Iztapalapa, explicó que el nuevo centro ofrecerá servicio de primer nivel a los pacientes mediante tres tipos de hemodiálisis.
Dijo que “la insuficiencia renal afecta a cerca del 10 por ciento de la población mundial y en México a 8.3 millones de personas, de las cuales, alrededor de 200 mil necesitan sustitución renal, pero solo 55 mil reciben un tratamiento de diálisis”.
El principal trabajo de los riñones, recordó, es eliminar toxinas y líquido extra de la sangre, por lo que cuando este órgano deja de funcionar correctamente se requiere el uso de un equipo artificial que auxilia a la persona a eliminar estas sustancias nocivas.
En lugar de ofrecer los métodos actuales de hemodiálisis en México –diálisis peritoneal y HD simple— la nueva clínica apostará por indagar la eficiencia de la Hemodiálisis de Alto Flujo o hemodiafiltración (HDF) un procedimiento que ha sido revisado en varios países con resultados favorable, pero que hasta ahora no había sido probada en nuestro país.
Para la HDF se aumenta el flujo y se inyecta directamente líquido dializante al torrente sanguíneo con el propósito de mejorar la depuración de toxinas, un procedimiento que se ha reportado en revistas especializadas con tan buenos resultados, que algunas naciones lo han propuesto como el siguiente estándar para el tratamiento de estos pacientes.
El equipo de Azpiroz Leehan buscará en la clínica refinar la técnica no solo para disminuir las tasas de mortalidad, sino también reducir los costos de tratamiento, estableciendo un modelo de trabajo que sea sencillo de reproducir.
Detalló que “el propósito es, en su primera etapa, que la clínica atienda a unos 40 pacientes, pero la meta es alcanzar los mil en varias unidades y lograr que el procedimiento tenga tal calidad, que sea equivalente a que el paciente recibiera un trasplante renal y viva casi de manera normal hasta por 10 años”.
La clínica, que brindará servicio a partir de esta semana, revisará en la hemodiafiltración el tiempo de tratamiento, la tasa de ultrafiltración y otras variables de funcionamiento, además de las concentraciones de electrolitos, el flujo de la sangre, entre otras, antes, durante y después del tratamiento.
Indicó que “al mismo tiempo los datos obtenidos alimentarán un sistema de inteligencia artificial que generará un historial clínico del paciente y ofrecerá soluciones ‘personalizadas’ a futuros pacientes que presenten condiciones similares”.
Este sistema, esperan, ayudará a aumentar la calidad de vida de los pacientes para que éstos tengan una calidad de vida similar a la lograda por un trasplante renal con precios competitivos en el tratamiento y eliminando el uso de fármacos, vitaminas y dietas especiales, además de las visitas de urgencia ante eventos adversos.
La clínica, ubicada en Periférico Sur en la Ciudad de México, trabaja en colaboración con la Asociación Mexicana de Obesidad, Riñón y Nutrición para atender a los primeros pacientes, pero está abierta a recibir a aquellos que lo deseen.
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