La Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989, establece que durante la infancia las niñas y los niños, que son definidos como cualquier persona menor a 18 años, deben recibir amor, salud, alimentación, el estímulo de sus familias y tienen derecho a estudiar, y a llevar una vida libre de la violencia y la explotación, sin embargo, en muchas ocasiones esto no es una realidad.
En México, los números de la encuesta intercensal del INEGI realizada hace tres años, reportaron que en el país existían 39.2 millones de niñas, niños y adolescentes, de los cuales el 33.9%, es decir, 13.3 millones, se encontraban entre los 12 y 17 años. Siendo este el rango más común entre los jóvenes que se acercan a las actividades ilícitas, incitados muchas veces por el contexto social, económico o por situaciones de violencia familiar.
Esto resulta alarmante si se consideran los datos arrojados por la última Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Mujeres en México realizada por Instituto Nacional de Salud Pública, la cual indicó que 63% de niñas, niños y adolescentes de 1 a 14 años de edad han experimentado al menos una forma de castigo psicológico o físico por miembros de su hogar.
Por ello, diversas instituciones se han preocupado por generar programas de prevención del delito y cohesión comunitaria, un ejemplo de esto es Fundación Reintegra, que a través del Centro de Prevención comunitaria IAP, beneficia directamente a los habitantes de las colonias: Guerrero, Lagunilla, Morelos y aledañas. En dicho centro, mediante alternativas artísticas, culturales, deportivas y recreativas, buscan incentivar el fortalecimiento de capacidades para la vida.
En el marco de la celebración del día del niño, Jimena Cándano directora general de la Fundación, reitero el compromiso permanente con niños y niñas de todo el país, pero en particular con los de la delegación Cuauhtémoc, la cual tan sólo el año pasado sufrió un incremento en cuanto criminalidad y denuncias por delitos de alto impacto superior al 40 por ciento. “En Reintegra, pretendemos que niñas, niños y adolescentes. Puedan descubrir todos sus talentos, a través de un ambiente positivo, la prevención comunitaria es fundamental para poder alejar a todos de la violencia y las conductas ilícitas” mencionó.
Además, comentó sobre la importancia de generar redes de colaboración entre el sector público y privado para alejar a los menores de la delincuencia, ya que según cifras del Comisión Nacional de los Derechos Humanos existen alrededor de 4 mil 743 menores en medidas de hacinamiento, esto lejos de beneficiar complica las readaptación de jóvenes en conflicto con la ley, ya que en la mayoría de ocasiones los centros de reclusión funcionan como centros de aprendizaje para la delincuencia.
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