Adolfo Montiel Talonia
Sorprende la disponibilidad de Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, para con Andrés Manuel López Obrador, Presidente electo de México. Las expresiones del estadunidense. En torno al mexicano son afectuosas. Y eso no es costumbre de Donald. Es atropellado.
Andrés Manuel es temperamental y tampoco es pródigo en elogios. Con Donald se desborda. Y dice que las relaciones personales son estrechas. Se adelantaron juicios y se predijo que chocarían. El fenómeno agrada y la mayoría lo aplaude. No se distorsionó por un socialismo anquilosado.
Los sicólogos de la política dicen: Cuidado López Obrador, Trump puede darle la espalda y culparlo. Lo cierto, es que ahora hay una relación de afecto.
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