Los pollos de engorda que se consumen actualmente son más grandes que sus antecesores debido a cuatro razones: desarrollo de estirpes genéticas mejoradas, una nutrición más completa, un entorno de crianza adecuado y una correcta aplicación de medicina preventiva, afirmó la Dra. María del Pilar Castañeda Serrano, Médica Veterinaria Zootecnista de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y consejera del Instituto Nacional Avícola (INA).
La científica mexicana, quien tiene un doctorado en “Food Science and Technology” por el Departamento de Ciencias Avícolas de la Universidad de Texas A&M, aseguró que es un mito que a los pollos se les administre sustancias para estimular el crecimiento de su masa muscular.
La combinación del desarrollo genético a través de los años, una mejor alimentación, condiciones óptimas para su crecimiento y la prevención de enfermedades, dan como resultado pollos más grandes hoy en día que los que se criaban hace 50 años, explicó la investigadora.
“Se dice que a los pollos se les suministran hormonas con implantes o esteroides pero esto no sería costeable, además de que se requerirían de 60 a 100 días para que surtieran efecto y un pollo llega a su pleno desarrollo en 49 días, es decir, 7 semanas. Los pollos para rosticería incluso salen a los 35 días de las granjas”, indicó la Dra. Castañeda Serrano.
En las últimas décadas, se ha hecho un proceso de cruce dirigido con base en estirpes genéticas de aves de engorda, como la Ross, Cobb y Hubbard, lo que ha extraído las mejores características físicas de cada una de ellas.
Un segundo elemento que incide en el tamaño actual de las aves es una alimentación más nutritiva. “Un pollo mal nutrido nunca va a desarrollar todo su potencial genético, por eso ahora los avicultores los alimentan de una forma muy completa con sorgo, pasta de soya y maíz que contienen vitaminas, minerales, y antioxidantes”, agrega la consejera del INA.
Las condiciones que rodean a los pollos, agregó la investigadora, son otro factor que incide en su correcto crecimiento ya que se controla la humedad, la ventilación y la temperatura ambiente para crear una zona de confort térmico que evita el estrés a las aves. “En la industria avícola mexicana existe tecnología y sistemas automatizados controlados por computadora y esto es de lo más avanzado a nivel Latinoamérica”.
La medicina preventiva aviar no es solamente la aplicación de vacunas, sino una serie de medidas de prevención y bioseguridad que contribuyen al correcto desarrollo y potencial genético de las aves, lo que se refleja principalmente en una mejora de tamaño.
“Hemos podido comprobar que son estos cuatro factores los que permiten que la industria avícola moderna produzca mejores pollos de engorda para nuestro consumo, de una manera controlada, segura y a la altura de los países líderes en esta industria a nivel mundial”, destacó la Dra. María del Pilar Castañeda Serrano.
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