Notas

SAT

El estado mexicano enfrenta circunstancias adversas para su desarrollo, estabilidad, gobernabilidad.
 El mantenimiento de las instituciones, en su constitución y operación, la creación de otras, el desarrollo del conjunto, reclama recursos que proceden, mayoritariamente, de los contribuyentes.
 El órgano a cargo de la recaudación fiscal es el Sistema de Administración Tributaria. Su tarea es ingrata. Incomprendida. Tan inaceptada que la cuestión de impuestos, es una de las actividades que no pueden ser sometidas a formas de participación directa, en nuevas modalidades de democracia.
 A través de mecanismos de consulta que pudieran ponerse en juego, es posible preguntar a las comunidades, nacionales y locales, casi cualquier cosa.
 Lo hemos visto cuando se discuten asuntos de autonomía de cualesquiera de las funciones que tradicionalmente han sido propias del estado. En México y en el mundo. Recientemente en Bolivia y Venezuela se sometieron a consulta popular temas constitucionales.
 En Estados Unidos, en entidades de la Unión, se han consultado cuestiones referidas a derechos a migrantes, aborto, eutanasia, libertad sexual.  Bueno, ahí desde su nacimiento como estado, la comunidad tiene una participación indiscutible e indiscutida, como bien decía el historiador británico Arnold Toynbee.
 En España, en el gobierno de Felipe González, se llevó a referéndum el asunto de su incorporación al Tratado del Atlántico Norte. Téngase en cuenta que Felipe representaba a la izquierda. Llegó al poder por el Partido Socialista Obrero Español. Cuándo habrían podido imaginar semejante cosa los comunistas y socialistas tradicionales.
 Al hablar de formas de participación directa en decisiones de estado me refiero a las que están en mesas de discusión, en foros académicos y políticos, en medios o en organizaciones de la sociedad civil. Se debate sobre figuras como  plebiscito, referéndum, iniciativa popular, revocación de mandato.
 Sin embargo, una convención no escrita, es que no se puede someter la cuestión de los impuestos a consulta. Es claro, nadie es afecto a contribuir al gasto público. Sin embargo no se le puede dispensar. Que recuerde no hay lugar en el mundo donde se haga. Acaso en Alaska en algún tiempo. En países petroleros, cuando sus recursos exceden a sus gastos.
 La viabilidad del estado depende de sus ingresos fiscales. Sin esto, no sería posible sostener las estructuras gubernamentales que permiten la existencia de la nación.
 Salta a la vista la necesidad de fomentar una cultura de la contribución al gasto público. A partir del reconocimiento de que aquí, dígase lo que se diga, el SAT cumple cabalmente. De acuerdo con una añeja tradición de eficiencia de las autoridades hacendarias.
 Hoy, el sistema está a cargo de funcionarios formados en esa tradición. Del titular Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, recordamos que tuvo a su cargo la administración general de grandes contribuyentes, dentro del propio SAT. Fue pieza fundamental, ante el Congreso,  para que se aprobara la reforma fiscal a la cual, tirios y troyanos, reconocen oportunidad. Si hoy el país está mejor armado para soportar los efectos de una crisis originada allende nuestras fronteras, acaso se acepte que la reforma se hizo a tiempo
 En las tareas de planeación y ejecución de la entidad a su cargo, el titular del Sistema cuenta con un equipo con vocación y experiencia probadas en el ejercicio de las responsabilidades. En éste recordamos a Crisógono Díaz, coordinador de asesores.

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