Desde 1872, cada año en Estados Unidos conmemora lo importante y necesario que son los árboles para el planeta. Esta celebración es el último viernes de abril. Cuando la gente cuida su entorno natural y a realizar acciones para mejorarlo.
Los eventos incluyen: la siembra comunal de árboles, exposiciones, ferias, actuaciones musicales y jornadas al aire libre, estos en la mayoría de las tierras públicas del país. Asimismo la fundación Arbor Day, principal promotora de esta iniciativa, otorga premios y reconocimientos en comunidades, escuelas y organizaciones en todos los Estados Unidos a los participantes de esta celebración.
A pesar de contar con un día en específico de celebración a nivel nacional, cada estado del país tiene sus propias celebraciones estatales que coinciden con el mejor clima para sembrar árboles, desde enero y febrero en el sur hasta mayo en el extremo norte.
El Día del Árbol fue fundado por Julius Sterling Morton, editor, agricultor y estadista en Nebraska. Él y otros pioneros notaron la falta de árboles, necesarios para actuar como cortavientos, para estabilizar el suelo y proveer sombra. Morton plantó muchos árboles alrededor de su propia finca –hoy parte del Arbor Lodge State Historical Park– e inspiró a otros a hacer lo mismo.
La primera celebración se llevó a cabo en Nebraska el 10 de abril de 1872. Sus participantes sembraron un millón de árboles en todo el estado y se otorgaron premios a los condados e individuos que plantaron la mayoría de los árboles en ese día. En 1885 se estableció en Nebraska el Día del Árbol como un día festivo oficial.
Para la década de 1920, cada estado había aprobado leyes que estipulaban qué día sería su propio Día del Árbol (en algunos estados, la fiesta se conoce como Día de los Árboles y las Aves). Para 1989, el día nacional se trasladó oficialmente al último viernes de abril.
Los árboles proveen diversos servicios ecosistémicos como son:
Ayudan a limpiar nuestro aire.
Contribuyen a nuestra salud.
Nos proveen de oxígeno vital para la vida.
Ayudan a limpiar nuestra agua potable.
Refrigeran el ambiente.
Ayudan a reducir los efectos del cambio climático.
Ayudan en el ahorro de energía.
Son el hábitat de mucha fauna y flora salvaje.
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