El agua es uno de los elementos más comunes en la Tierra, y no es coincidencia que también se le llame el planeta azul: en estado líquido se halla en lagos, ríos y presas, en depósitos subterráneos (llamados acuíferos) y ocupa los mares y océanos circundantes; en estado gaseoso se presenta como vapor de agua en la atmósfera; y en estado sólido cubre las regiones polares y las montañas más altas en forma de hielo o nieve.
De acuerdo con las últimas estimaciones, en nuestro planeta hay unos mil 400 millones de km3 de agua. Esa cifra seguro te parece enorme, pero para tener una mejor dimensión de lo que representa, te diremos que si la superficie de la Tierra fuera “lisa” (esto es, que no tuviera ni montañas ni barrancas) esa cantidad de agua sería suficiente para cubrirla con una capa de 2.7 kilómetros de espesor: unas 9 veces la altura de la Torre Eiffel o 14 veces la Torre Latinamericana de la Ciudad de México.
Aunque el agua es el elemento más frecuente en la Tierra, 97.5% es agua salada contenida en los mares y los océanos y sólo 2.5% es la llamada agua dulce, que realmente no es que sepa dulce sino que tiene pocas sales disueltas. Esta última, en su mayoría, se encuentra en glaciares y capas de hielo, principalmente en Groenlandia y la Antártica. También una porción importante se encuentra atrapada en depósitos subterráneos profundos de difícil acceso y sólo 0.3% de esta agua dulce se localiza en lugares que podríamos llamar accesibles –como los lagos y ríos- para ser utilizada por los seres vivos de las zonas continentales, incluyendo al hombre. Como podrás ver, realmente no tenemos tanta agua “útil” como pensamos.
Fuente: Semarnat. ¿Y el medio ambiente? Problemas en México y el mundo.
Semarnat. México. 2008
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