Si estás sediento y te ofrecen un vaso con agua turbia, café o verdosa, seguro que no la tomarías argumentando que está sucia, contaminada o es de mala calidad, y te podríamos apostar que pocos se atreverían a contradecirte (y menos aún, a tomársela en tu lugar).
Es posible que el agua que te ofrecieron tienen algo de arcilla (partículas menores a 0.002 milímetros que forman parte del suelo) porque no fue filtrada adecuadamente o porque las tuberías por las que fue transportada estaban dañadas y el agua entró en contacto con el suelo. Aunque no sería recomendable que la bebiéramos, un agua con estas características podría ser utilizada sin ningún problema para labores agrícolas; en otras palabras, si la usas para regar una planta no estarías con el pendiente de que se va a enfermar o morir.
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