Cuentan que cuando el virrey Luis de Velasco ordenó el Parque Alameda Central de la Nueva España e hizo Cristóbal Caballero en 1592, la pujante, bella, poderosa y atrayente ciudad de Nueva York no existía aún ni en sueños. Entonces fue necesario quitar los álamos y sembrar otras especies, dado que era un sitio fangoso y no se daban ahí. Revillagigedo ordenó rodearla de una cerca de madera y Branciforte, mandó ponerle puertas de hierro. Se le tuvo como paseo especial para la nobleza de entonces, aunque las crónicas también nos recuerdan que hubo épocas en que se le abandonó, convirtiéndose en basurero y cueva de malvivientes, como hace poco donde los “niños de la calle” y ambulantaje sentaron sus reales. Fue el primer parque del Continente Americano; también se le conoció como como jardín del arte, por sus preciosas estatuas y fuentes. Hay quienes lo tuvieron presente –el parque– porque resulta que Antonio López de Santa Anna, en unos de arranques de locura y genialidad, después de uno de sus triunfos militares, mandó llenar todas la fuentes con ponche para que la gente acudiera a ponerse uno de esos cuetes que no se venden ni en abono. Porfirio Díaz también gustaba pasearse por ahí, hasta que uno de sus militares le dio un balazo para asesinarlo. Nuestra alameda no tiene álamos, pero sí sauces y fresnos y además, es un museo de arte a cielo abierto con una veintena de esculturas que para gran mayoría de los paseantes pasan inadvertidas, sobre todo porque no tiene nada que las identifique ni informe a la gente qué representa y quién las hizo. En la Alameda Central destaca el hemiciclo a Benito Juárez, así como las fuentes de Mercurio, Náyades, Neptuno, Caritas, La Primavera, Venus y Américas es la que se encuentran en el centro de la Alameda. Entre las esculturas se encuentran: Gladiador con espada, Gladiador con daga, copias de la Malgré Tout y Desespoir, cuyos originales se encuentran en el Munal. También está Niké, Madona con flores, Aguadoras, Venus con una paloma, Beethoven y ahora aparece un Alexander von Humboldt que no recuerdo. Bueno, pues la Alameda Central fue remozada durante 8 meses, cuyo costo se anunció, sería de 120 millones de pesos. Sin embargo, cuando los trabajos llevaban un 40 por ciento de avance, se anunció que ya se habían invertido 245 millones de pesos. La danza de los millones de pesos es tan descarada en este caso (ya no se informó del costo total) como en el caso de la Estela de Luz, claro, con toda su proporción guardada.
PERIPLO CULTURAL
DESAPARECE CONACULTA DINERO ETIQUETADO PARA SORDOS. La directriz del Conaculta hizo de chivo los tamales al Centro Cultural de Sordo al desaparecer los 6 millones de pesos que se etiquetó y publicó en el Anexo 32.11 del Presupuesto de Egresos de la Federación 2012 de la LXI Legislatura de la Cámara de Diputados. El Centro Cultural de Sordos de México, creado y gestionado por Seña y Verbo: teatro de sordos S.C., es un proyecto único a nivel mundial, que busca la creación de un espacio abierto a todo público y dedicado al desarrollo y fortalecimiento de esta comunidad por medio de las artes y humanidades, a través de actividades de formación, creación artística, investigación y promoción de la cultura de los sordos. Quizá esa suma no sea nada representativa para la extitular del Conaculta, Consuelo Sáizar, sin embargo, para dicho centro cultural, significa la sobrevivencia misma. Al principio de año, los funcionarios del Conaculta pusieron muchas trabas para para entregar el recurso y ahora, que de hecho se esfumó y que ya no se puede ejercer. De esta manera, estos burócratas afectan a una gran población como es la gente con esta discapacidad.
PRIMERA CASA DE CONCRETO, EN MÉXICO. El INBA adquirió y restaura la que fuera la casa de Juan O’Gorman, un arquitecto revolucionario y un extraordinario artista plástico. El rescate de la ahora Casa O’Gorman es de gran trascendencia para el mundo del arte y la cultura porque es nada menos que la primera construcción con concreto que se hizo en México. Esta será convertida en museo, al igual que la segunda casa que hizo, la de Diego Rivera. La remodelación inició en abril pasado, con el estudio y análisis del inmueble partiendo de la foto al plano y viceversa. Posteriormente, dentro de la etapa de obra se tuvo que hacer una recimentación, por lo que toda la estructura de la casa ahora es de acero, y su gran ventanal se convirtió en una armadura de carácter estructural. En la siguiente etapa se trabajará sobre la escalera la cual es de gran calidad por su geometría, la calidad de los acabados.
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