Esta artesanía no tiene ni cien años de haber nacido y se ha vuelto símbolo de la folklórica cultura mexicana, principalmente del estado de Oaxaca. Su invención se le atribuye a Pedro Linares en 1936, quien sufría de alucinaciones debido a una enfermedad no tratada.
En estas alucinaciones Pedro veía monstruos, demonios y animales que lo perseguían y que gritaban “alebrije, alebrije”. Cuando salió del trance, o sueño, comentó la historia con su familia y decidió que el mundo merecía conocer estos animales por lo que los moldeó con papel y pintó de escandalosos colores.
Después de un tiempo, la familia Linares se volvió artesana de alebrijes y dieron a conocer a estas criaturas alrededor del mundo; dando pie a muchas leyendas sobre los significados de los animales.
Actualmente, los alebrijes no sólo se hacen de papel, debido a la cultura zapoteca y sus característicos tallados en madera (cultura ancestral de esta región) los alejibres son ahora tallados en copal e, igualmente, adornados de múltiples colores.
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