Con el propósito de conocer el impacto medioambiental de diversas sustancias que sirven como materia prima para muchos artículos, investigadores de la UAM Azcapotzalco analizan el ciclo de vida de materiales utilizados en la producción de objetos de uso común.
El análisis de ciclo de vida es una herramienta que permite establecer indicadores, positivos y negativos, durante todo el ciclo de elaboración de un producto. Involucra desde la etapa de producción y distribución, hasta su uso final, reúso o reciclaje y disposición final.
Asimismo, este proceso implica el análisis específico de gases de efecto invernadero, el uso de electricidad, la cantidad de agua utilizada para la creación de un objeto, entre otros elementos que ayuden a determinar si lo que se está produciendo y el modo de producción mismo es sustentable.
De acuerdo con Andrés Medina García, diseñador industrial de la UAM Azcapotzalco, los métodos utilizados para dicho análisis han sido norteamericanos y europeos, ya que México aún no cuenta con modelos propios orientados a este tipo de estudios.
“Entre las categorías de impacto contempladas durante el análisis de ciclo de vida destacan la toxicidad del agua; el uso de luz eléctrica; la intervención de sustancias que producen cáncer, de componentes orgánicos e inorgánicos que dañan el sistema respiratorio; la radiación; la reducción de la capa de ozono; el uso de minerales, entre muchas otras categorías, aunque la selección del método de análisis va a depender en gran medida del objeto examinado”, señaló Medina García.
Sandra Luz Molina Mata, maestra e investigadora de la División de Ciencias y Artes para el Diseño, indicó que el análisis de ciclo de vida es una labor que brinda un vasto conocimiento sobre aquello que es en verdad sustentable.
De acuerdo a comunicado de prensa, el primer objeto analizado en el Laboratorio de Análisis de Ciclo de Vida y Materialoteca, de la División de Ciencias y Artes para el Diseño de la UAM, fue una mesa de centro de cartón corrugado que, en sí misma, no contaminaba. Sin embargo, el proceso de producción de sus patas, hechas de aglomerado, requería de cortes y uso de tornillos que causaban un impacto negativo al ambiente.
“Actualmente, en nuestro país, la idea de sustentabilidad es que algo sea reciclable y que no provoque efectos negativos en el medio ambiente al usarlo; pero, en la mayoría de las veces, no se considera los impactos emitidos durante la extracción del material ni durante la fabricación de ciertos objetos”, aseveró la maestra.
Cuando se lleva a cabo un análisis de ciclo de vida de cualquier material, es necesario recurrir a bases de datos que proporcionen información acerca de los procesos de producción y de la obtención de los materiales mismos.
En este sentido, Molina Mata indicó que en México deberían existir bases de datos como la electricidad usada en la producción de objetos, los combustibles utilizados y sus efectos medioambientales, así como la disponibilidad de materiales en el país.
Al no contar con tal información, los miembros de este laboratorio han tenido que hacer trabajo de campo, recolectar el material, hacer su análisis e ingresar los resultados obtenidos en una base de datos.
Molina Mata explicó que este tipo de análisis debe ser visto como algo positivo para el sector empresarial, ya que será un elemento de competitividad que beneficiará a dicho sector y representará una nueva oportunidad de mercado que impulsará a las empresas como sustentables.
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