Hoy día sabemos que para bajar de peso lo peor que alguien puede hacer es dejar de comer, de hecho, muchas de las dietas actuales se basan en comer todo el día, pero en pequeñas cantidades. Aún así, hay quien opta por el camino de la abstención, reduciendo su ingesta de alimentos, en ocasiones poniendo en riesgo su salud.
En casos extremos, el cuerpo humano promedio puede sobrevivir entre 4 y 6 semanas sin alimentos; aunque todo dependerá de la masa corporal, el estado de salud y el agua que se tome, pues sin agua, la persona no sobrevive más de 3 días.
Sin embargo, en el caso de los animales sabemos que esto es diferente, gracias al proceso de hibernación, existen animales que pueden sobrevivir largos y duros inviernos. Con la hibernación, el animal reduce su metabolismo hasta el mínimo, disminuyendo su respiración y temperatura, sobreviviendo de las reservas energéticas almacenadas en los periodos de calor.
Al igual, en épocas de mucho calor hay animales que entran en un estado de pasividad para poder ahorrar agua. Uno de los casos más sorprendentes es el del sapo Cyclorana platycephala, quien en el verano del desierto australiano lleva a cabo la estivación, proceso muy similar a la hibernación, pero que se presenta en condiciones secas o de mucho calor.
Lo que hace este sapo es enterrarse en arena, en ocasiones hasta un metro debajo de, y se cubre con un moco duro que le permite conservar el agua, reduciendo su metabolismo hasta el mínimo. Con esta técnica, el sapo puede sobrevivir hasta 10 meses, pero, de ser necesario, se ha demostrado que puede vivir hasta 4 años sin ingerir alimentos.
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