Los hunos fue un pueblo nómada altamente guerrero durante la época del Imperio Romano, con el cual tenían comercio de rehenes y un desprecio mutuo por las diferentes formas de vida. Este pueblo, con el paso del tiempo y el gobierno de Atila, se convertiría en uno de los Imperios más fuertes de la época.
Atila estuvo en Roma como intercambio de rehenes, por lo que aprendió la forma de vida, conoció a su gran amigo Aecio, pero decidió regresar con su pueblo y eventualmente conquistar Roma.
Para los 20 años Atila ya era cabeza del ejército huno, altamente organizado, hizo de su pueblo un pueblo libre, respetable y sedentario; y con el asesinato de su hermano se convirtió en el Rey.
En el año 435 Roma rendía tributo a los hunos para ahorrarse costosas y sangrientas batallas, pero para el año 451 las pretensiones de Atila habían aumentado, muchos territorios estaban bajo su mando, ya sea conquistados o con tributos y decidió irse a la guerra contra Roma.
A esta guerra se le conoce como la batalla de los campos cataláunicos, en los que murieron más de 200 mil personas. Atila termina regresando a sus territorios y Aecio, el brillante general romano quien impidió la conquista de Atila, fue traicionado (apuñalado) por pretensiones de querer robar el trono.
Con la muerte de Atila, conocido como “el azote de Dios”, el Imperio se desintegró y para el 469 ya no existía prácticamente nada de este gran pueblo.
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