Con sustancias obtenidas de la misma variedad del agave con la que se produce el tequila (tequilana Weber variedad azul), expertos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) han logrado mejorar la absorción de calcio y magnesio por parte del organismo, los cuales son minerales esenciales para la salud ósea, y en consecuencia representan una alternativa en el tratamiento de la osteoporosis.
La investigación realizada en el Cinvestav Unidad Irapuato, es liderada por Mercedes López Pérez, refiere que el consumo de los fructanos contribuye a la generación de nueva masa ósea a pesar de la presencia de osteoporosis. Sin embargo, aclaró que su funcionamiento está sujeto a la buena salud que las personas presenten en su flora intestinal, ya que ésta es indispensable para fermentar a los fructanos y convertirlos en ácidos grasos.
Lo anterior fue determinado a partir de un experimento con modelos animales, donde se ha comprobado que tras la ingesta de fructanos de Agave tequilana Weber, el diámetro de los huesos de los roedores es mayor en comparación con aquellos a los que no se les suministró los derivados de agave.
Declaró que “lo que hicimos fue quitarle los ovarios a ratones hembras para generar osteoporosis, una vez que se tiene este problema les dimos fructanos de agave y a las ocho semanas tomamos muestras de fémur para medir la absorción de minerales, también se evaluó la presencia de una proteína llamada osteocalcina, que marca la generación de hueso nuevo. Observamos que los ratones que consumieron fructanos sintetizaron casi un 50 por ciento más de esta proteína”, señaló la investigadora.
Estos resultados abren la posibilidad de generar una alternativa en el tratamiento de la osteoporosis, ya que se trata de una enfermedad que, de acuerdo con las últimas estadísticas de la Fundación Internacional de la Osteoporosis, se estima afecta a 200 millones de mujeres a nivel mundial, y en hombres significará que uno de cada cinco fracturas en adultos mayores de 50 años estará relacionada con la enfermedad.
Al explicar el funcionamiento de los fructanos, López Pérez apuntó que al tratarse de carbohidratos no digeribles obtenidos de la fibra del agave, éstos llegan intactos al intestino grueso, donde disminuyen el grado de acidez permitiendo que los minerales estén más disponibles y sean absorbidos con la ayuda de los ácidos grasos de cadena corta, responsables de la caída del pH, ya que al interactuar con la microbiota (flora intestinal) los fructanos se convierten en ácidos grasos, lo que permite a diferentes células aprovechar los minerales disponibles en esa parte del tracto.
Declaró que “los fructanos llegan al intestino grueso intactos y al interaccionar con la microbiota que allí habita se convierten en ácidos grasos de cadena corta. Éstos van a quelar (atrapar) a los minerales disponibles en el tracto, y ayudan a transportarlos a través de las células; lo que significa que tenemos una segunda oportunidad de aprovechar los nutrientes que ya no estaban disponibles para el organismo”.
Con estos resultados, López Pérez espera continuar con la etapa de estudios clínicos, para lo cual ya solicitó una patente a nivel nacional con el objetivo de usarla con esta finalidad.
Finalizó que “actualmente existen productos en el mercado basados en los fructanos que dicen mejorar la salud de personas con diabetes o sobrepeso, pero en muchos casos no presentan buenos resultados debido a que no se advierte de la necesidad de tener una buena microbiota (flora intestinal) para ver los beneficios de manera rápida”.
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