Ante la realidad de que el maíz mientras más oscuro sea más calcio y otros nutrientes contiene ha derivado que científicos del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) de la Unidad Irapuato desarrollan variedades de maíz azul híbrido para mejorar sus cualidades agronómicas y nutricionales.
En comunicado de prensa se señaló que el objetivo es generar beneficios a la salud del consumidor y mayores ingresos al agricultor, al aprovechar este cereal de origen mesoamericano, por medio de su diversidad y eficiencia, potencializando su calidad vitamínica y perfil de antocianinas.
Dicho proyecto titulado: Vitamaíz se han desarrollado variedades que le den más vida, aportando carotenos y antioxidantes celulares que previenen enfermedades cardiovasculares y alargan la vida; “queremos incrementar la diversidad de los maíces con pigmentación oscura, combinando las antocianinas con los carotenos y los aminoácidos”, explicó Axel Tiessen Favier, responsable de la investigación.
Se busca la mejor combinación de genes, para producir Vitamaíz que por un lado tendrá mayor valor agregado que los maíces comerciales blancos, y que por otro lado incrementará el rendimiento por hectárea comparado con los criollos ancestrales”, adelantó el investigador.
El maíz azul es de mayor calidad nutricional y logra mayor precio en el mercado, hasta 50% más que el blanco o amarillo; sin embargo, las variedades actuales conservadas por los indígenas tienen ciertas deficiencias en el cultivo por su origen criollo; no se adaptan bien a las condiciones modernas y son de grano harinoso susceptible a plagas e insectos.
Entonces se tomaron los genes de los maíces nativos mexicanos para introducirlos en el fondo genético de las variedades modernas: por lo tanto, “el Vitamaíz va a combinar lo bueno de los híbridos con lo bueno de los criollos ancestrales, que presentan pigmentaciones naturales”, aseguró Tiessen Favier, quien es doctor por el Instituto Max Planck de Alemania.
El proyecto no lo iniciaron empresas trasnacionales motivadas por el dinero, sino que surgió de una alianza entre el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y Cinvestav, que buscan el beneficio directo de la población y del medio ambiente. La investigación no desarrolla transgénicos, porque aplica una metodología clásica modificada donde por medio de cruzas escalonadas se introgresan diversos genes en el genoma.
El mejoramiento genético del maíz no implica hacer transferencia genética de ADN en el laboratorio, sino transferencia de polen en el campo. A veces se confunden las semillas híbridas, algo muy natural y necesario, con los transgénicos que promueven compañías trasnacionales por intereses económicos. «El Vitamaíz va ser híbrido, pero no transgénico», afirmó Axel Tiessen.
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