DEL AMOR Y EL HAMBRE
No regale artículos materiales, regale momentos.
Esta celebración que ha tomado relevancia para recordarnos un día en el año los motores de nuestra vida, San Valentín, mejor conocido como el Día del Amor y la Amistad.
Es por eso que le refiero que no regale objetos materiales, regale momentos y qué mejor manera de hacerse recordar que llegando al estómago, ya que bien se dice que el amor posiblemente termina entre algunos enamorados, pero el hambre nunca.
Si ha de celebrarlo en algún restaurante por pequeño que este sea asegúrese de reservar con antelación y ser puntual para no perder el espacio reservado. La impuntualidad mexicana no es precisamente algo que enamore, si es de saberse que la enamorada demora en el proceso de ajuarear, no desespere que bien al que espera buena recompensa ha de venir. Sólo tome su debida previsión de tiempo.
Y si de paciencia hemos de hablar recuerde que esta fecha como la del Día de las Madres todos los restaurantes se encuentran al tope de ocupación y de servicio por lo que es fácil encontrar deficiencias en el mismo, mismas que puede ser tan simples como la dilatación de las viandas o bebidas o tan abruptas como derramar una copa en la solapa del saco o del vestido, la inesperada aparición del mesero con alimentos o muy cocidos o crudos, imprevistos en el aumento de precios y servicios, accidentes con el valet parking, que pueden arruinar una agradable velada, así que concéntrese en mantener una buena disposición a cualquier situación que se presente en el momento.
No es necesario caer en los extremos. Un humilde detalle también es bien agradecido, una cena privada elaborada en casa, que permita sacar sus dotes de chef. Solo no intente improvisar con recetas muy elaboradas que no haya hecho antes o cambiar ingredientes que pudieran alterar radicalmente una receta.
Un mantel, velas y flores son fundamentales para engalanar la mesa y darle el toque de romanticismo que se busca, algo de vino y música suave.
Enamórese de alguien que sepa cocinar porque el físico se acaba pero el hambre nunca.
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