DIVERSIDAD MUSICAL MEXICANA
Con la exposición De cuerdas, alientos y percusiones. Sonidos de la diversidad e integrada por 119 instrumentos se da cuenta del acervo musical mexicano. Se encuentra en la Sala María Sabina del Museo Nacional de Culturas Populares. Las percusiones, considerada la familia más antigua y numerosa, da la bienvenida a visitantes con serie de maracas, panderos, sonajas, claves, bongó, huéhuetl y tambor lacandón. Las piezas que también llaman la atención son los instrumentos prehispánicos como el Teponaxtle bicéfalo, palos de lluvia, sonaja ceremonial de Baja California, cinturones utilizados en danza del venado, sartel de tres piezas y sartel de guajes; atrapa la mirada el llamado “bote del diablo” o arcusa y un güiro, esa percusión que suena por sí misma sin cuerdas ni parches, hecho de concha de armadillo y que en este caso, no se raspa con un peine, sino con un hueso de animal y obsidiana incrustada. Caso curioso, el serrucho musical de tono argentino, cuya musicalidad está marcada por la calidad del acero templado. En la familia de los alientos aparecen saxofones de barro, flautas y cornetas de boquilla. Al centro de la sala se encuentran silbatos zoomorfos de barro modelado, perforado y pintado que remiten a pájaros, gallinas y hasta guajolotes. En la sección de cuerdas observamos la vihuela, bandoleón, mandolina, contrabajo, jarana, salterio, violín huichol con sol y venados, arpa Huasteca y guitarra conchera.
HISTORIA DE BIBLIOTECAS
Aunque usted no lo pudiera creer, le diremos que en 1983, cuando México contaba con 77 millones de habitantes, en el país únicamente existían 351 bibliotecas públicas. Pero si a usted le parecen muchas, le diremos que India cuenta con más de 5,000 universidades. Bueno, de esas 351,108 se ubicaban en las grandes ciudades y el resto, en municipios importantes. Para garantizar a todos los mexicanos el acceso libre y gratuito de las fuentes del conocimiento escrito, el gobierno federal encomienda a la SEP, la elaboración y ejecución del Programa Nacional de Bibliotecas Públicas. Así fue, se creó con el nombre de Red Nacional de Bibliotecas Públicas. Para comenzar se instaron 31 bibliotecas públicas estatales, una por capital de entidad federativa. Para 1986, los ayuntamientos con población mayor a 30 mil habitantes contaron con una biblioteca municipal. Ahora, esa red coordinada por la Dirección General de Bibliotecas del Conaculta cuenta con 7 mil 363 bibliotecas públicas en 2 mil 281 municipios. Cinco años después de trabajo fecundo, el distraído y relajado Congreso de la Unión tuvo a bien aprobar la Ley General de Bibliotecas.
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