RECUERDAN AL ÚLTIMO GRAN ROMÁNTICO DEL SIGLO XIX
Fue un joven muy inteligente y seguramente, sin darse cuenta da su primera aportación a las letras mexicanas: El utilizar el materialismo de la medicina como elemento central para crear poesía en donde una rama tan compleja como la ciencia es reflexionada de forma poética. Ese fue el coahuilense Manuel Acuña Narro, un joven estudiante de medicina muy pobre, que logra trascender esa pobreza y la práctica médica por medio de la poesía. Esto se reflejaría en su gran poema Ante un cadáver en donde habla del materialismo del cuerpo y logra fusionar la reflexión filosófica científica de la medicina con la poesía. Esto y mucho más se dijo al ser recordado por el CONACULTA el pasado 27 de agosto en que cumplió 164 aniversario del natalicio del autor de 80 poemas amorosos, patrióticos, humorísticos, descriptivos y de circunstancias, una obra de teatro denominada “El pasado” ensayo dramático en tres actos y en prosa a través del cual expuso algunos problemas sociales de su tiempo, entre éstos el fanatismo; se estrenó el 9 de mayo de 1872 en el Teatro Principal. También tres artículos: Amar y dormir, La fe y el Prólogo de la novela Gerardo (Historia de un jugador) escrito por Vicente Morales; además de 12 cartas, entre ellas, en la “carta suicida”. Con su partida al otro mundo, emblemáticamente se dio la muerte del último gran poeta del romanticismo en México y él fue el autor de tres poemas que fueron claves y definitivos del siglo XIX: Ante un cadáver, A Laura y Nocturno a Rosario que le valió la fama de cursi, aunque la verdad sea dicha, él escribió bellos y magistrales poemas. A pesar de todos los pesares, Manuel continúa inquietando y atrayendo al público lector, intelectuales, investigadores, reporteros y poetas por el misterio de su personalidad, sus amores, sueños, fatalidades de su vida, pero principalmente por los motivos que lo llevaron a quitarse la vida con cianuro a los 24 años de edad.
CANTEROS DE CHIMALHUACÁN
Si le gusta el arte, le informamos que a partir del pasado 28 de agosto y hasta el 13 de octubre se exhibe en las terminales 1 y 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Benito Juárez, una selección de 34 piezas de las 71 que conforman Raíces vivas de Chimalhuacán, muestra escultórica que contribuye a dar continuidad a la tradición del tallado en piedra en ese municipio mexiquense y que se ha exhibido en recintos como el Palacio de Bellas Artes y el Alcázar del Castillo de Chapultepec, en la capital mexicana; Teatro Degollado, Guadalajara y el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario de Texcoco, Edomex. Hay que citar que esta exposición se logra gracias al apoyo del gobierno del Nuevo Chimalhuacán, Fundación Sebastián y HG Desarrollos y Asociados. En la muestra se encuentran esculturas de famosos como Sebastián, Jazzamoart, Gustavo Monroy, Edna Pallares y Silvia Ramírez. Raíces vivas de Chimalhuacán da cuenta de este oficio milenario, tradición ancestral heredada desde la época de los aztecas, que hoy atraviesa por un difícil momento, pues ya sólo quedan 250 talladores de piedras en Chimalhuacán y las canteras que se explotan son pocas, debido al avance de la urbanización.
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