RECORDARON Y CREARÁN PREMIO CARLOS FUENTES
Al conmemorarse el 85 aniversario del natalicio del escritor Carlos Fuentes (nació en la ciudad de Panamá, el 11 de noviembre de 1928), se anunció la institucionalización y entrega del “Premio Carlos Fuentes” a partir del 2014. Para que sea entregado el 11 de noviembre venidero, el presidente de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, aseveró que se convocará a la UNAM, Academia Mexicana de la Lengua, Colegio de México y Colegio Nacional para formar la comisión que concederá el premio que consistirá en un diploma, una pieza escultórica diseñada por un artista de reconocido prestigio y una suma de dinero efectivo con la que se dote. Mientras que el funcionario dijo que se entregará anualmente, la gallega Silvia Lemus, la viuda, dice que la idea es que sea cada dos años. Dado el valor, nombre, prestigio y la memoria del escritor mexicanos, el premio que llevará su nombre, tiene que ser algo muy especial y significativo. Por otra parte, hay que señalar que los escritores Jorge Volpi, Jorge F. Hernández y Xavier Velasco, Tovar y de Teresa, Lemus y varias decenas de personas se dieron cita en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes para conmemorar el 85 aniversario del periodista, escritor, ensayista y diplomático, el pasado 12 de noviembre. Por su parte, Tovar y de Teresa afirmó que Carlos nos habla en su obra de ese México de transformación después de la Revolución Mexicana, lleva la vida humana a la máxima expresión de la literatura y luego se va abriendo a otros temas para mostrarnos la condición humana universal. Agregó que el siglo XX fue narrado y comprendido por pocas plumas como la de Carlos Fuentes, quien en obras inolvidables, plasmó algunas de las mejores páginas de nuestra lengua. Jorge Volpi retrató a Carlos Fuentes adolescente, muy lejos de ese gran escritor que saltaba de una conferencia a otra de Europa a América, el alquimista y el atleta de las palabras, que fue autor de la novela latinoamericana más ambiciosa del siglo XX, Terra Nostra, existió también una vez, el Fuentes que soñaba con ser Fuentes, entre mil futuros posibles decidió ser escritor. Recordó que las primeras composiciones en inglés de Fuentes fueron realizadas en su niñez en Washington, donde desde esa época destaca su primer proyecto de libro donde un protagonista se encuentra a un guía que lo lleva por el universo de la literatura. En su etapa en Chile realiza otro intento literario, siendo un agudo observador de los fingimientos de la burguesía. En 1946 Fuentes regresa a México y descubre su identidad esencial en esa patria andrajosa y a la vez rica que tiempo después plasmaría en La muerte de Artemio Cruz. Por otra parte, Xavier Velasco confesó que mordía el rebozo y pisaba el huarache cuando por fin conoció a Carlos Fuentes y no podía creer cuando le dijo que lo llamara Carlos y que le hablara de tú. Después, tuvo la oportunidad de hablar con él durante más de dos horas y frente a varias botellas de vino blanco. Uno de los temas que trataron fue el relacionado con la importancia que tiene para un escritor el encontrar a una mujer con la que se sienta completamente a gusto. Finalmente, Jorge F. Hernández recordó que cuando llegó a pesar 152 kilos, se sintió honrado por haber podido impresionar a Carlos Fuentes, quien exclamó: ¡Oh my God! Aunque después se defendió diciendo que: En todo hombre gordo hay uno delgado luchando por salir. Agregó que por ese entonces tenía un proyecto con Carlos, que se llamaba Ciudades en el tiempo donde retrataría todas las urbes por las que cruzó Fuentes y donde por razones específicas se volvió un gran personaje. También rememoró que Carlos hablaba de todo lo habido y por haber, dominaba casi todos los temas, desde los dialectos del español, las connotaciones del inglés y el francés, hasta temas de cine, su tema preferido con Carlos Monsiváis, con quien hacía un duelo de memorias, en el que incluso sabían el nombre del jalacables de la película Casablanca. Siempre habrá un resquicio para conocer de nuevo a Carlos Fuentes. Es una obligación de nosotros que aquí en este lugar, nazca el próximo lector de su obra, concluyó.
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