TAMAYO, DIGNO EJEMPLO
Rufino Tamayo fue un gran humanista, más que político; tenía claro ese aspecto y fue uno de los grandes aciertos de su vida. No le interesaba la política, ni las marchas ni las consignas, pero realizó una gran labor social en silencio. Al final de su vida, estuvo apoyando diversos programas sociales, entre ellos uno para chicanos, así lo dijo la investigadora y curadora, Ingrid Suckaer al dar la conferencia: “Rufino Tamayo: Ruta de vida. Él vivió la Revolución, la Guerra de los Cristeros, así como los cambios de paradigmas en el arte y sociales de México. Fue polémico porque si bien militaba en la izquierda, siempre estuvo en contra de andar en las marchas, de pintar temas sociales, por lo que fue expulsado del sindicato de artistas por antirrevolucionario, por poco solidario con las causas obreras. El artista fue revolucionario desde su trabajo y homenajeó a la clase obrera en sus cuadros, en su legado hay muchas obras con orientación política, pero están hechas con lenguaje lírico y desde una perspectiva atemporal. Tuvo vida que llevó con coherencia; criticó al gobierno, nunca quiso quedar bien con el Estado, fue honesto. Como pintor miró al cielo para descubrir al cometa Halley, por lo que el universo se convierte en tema recurrente de su obra, pero no sólo como interés expresivo sino con profundo conocimiento astronómico. Fue un gran conocedor de la música, tanto que fue un destacado guitarrista y cantante. Dado su coloratura de voz tan peculiar, la Universidad de Columbia lo invitó a grabar un disco, lo que rechazó, aduciendo que era pintor, no cantante. Sobre este artísta de la plástica podemos agregar que siendo un bebé, fue abandonado por el padre; a los 11 años, muere la madre y el abuelo parte. Huérfano, es protegido por tía Amalia, en Oaxaca. Tiempo después llega a la ciudad de México y trabaja de comerciante de frutas y soñando con ser un pintor de fama mundial, en 1917, se inscribe en la Academia de San Carlos, donde para acabarla de amolar, sus maestros lo consideraban un estudiante mediocre. Haciendo acopio de voluntad ante la adversidad, convirtió en realidad su sueño de vida. Su apelativo completo es Rufino del Carmen Arellanes Tamayo. En 1921 fue nombrado jefe del departamento de dibujo etnográfico del Museo Nacional de Arqueología, ahí desarrolló el gusto por el arte precolombino; para 1926 tuvo su primera muestra individual y viajó a Nueva York, donde también expuso, pintó y estudió. De regreso a México en 1928, continuó con su quehacer artístico y enseñando en escuelas públicas. Volvió a Estados Unidos a vivir por 14 años, donde hizo gran parte de sus pinturas y murales. Fue conocido en Europa, vivió en París. Para 1974 creo el Museo Rufino Tamayo en Oaxaca capital, al que donó su vasta colección de arte prehispánico. Para 1981, donó su colección de arte internacional a la nación que es la parte principal de Museo Tamayo Arte Contemporáneo. Conózcalo visitando sus museos.
PERIPLO CULTURAL
ÓPERA PARA EL ESPERANZA IRIS.La ópera en tres tiempos de Manuel Penella, Don Gil de Alcalá, se presenta en el marco de su 80 aniversario, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, así lo dio a conocer la coordinadora del Sistema de Teatros del DF, Lourdes Lecona, a quien acompañaron el director de Escena, Horacio Almada, y el director Concertador, Xavier Ribes. En ella se narra una escena de Veracruz, por lo tanto es un tema muy cercano del mexicano, además, cuenta con todos los elementos que le gusta al público: drama, secretos, mentiras, amor e intrigas y, por supuesto, un final feliz. Las funciones serán el 26 y 28 de octubre, a las 20 y 18 horas.
DECRECE CALIDAD DE ESCRITORES. Es deplorable que conforme van aumentando las ferias de libros y los mercados editoriales, la calidad de los escritores va decreciendo; debería ser todo lo contrario ´porque los escritores deben taladrar el lenguaje para crear una obra única, como lo hicieron en su momento Joyce, Beckett y Grombowicz, entre otros. Así lo afirma Guillermo Fadanelli, ganador del Premio Grijalbo de Novela 2012, con Mis mujeres muertas, quien invitado por el INBA, participó en el ciclo Literatura transgresora que se lleva a cabo en la Capilla Alfonsina. Explicó que el papel de un escritor no es educar, sino seducir a través del lenguaje para mostrar mundos extraños o paralelos a la realidad; para ser un escritor se debe contar con talento y con el mérito de saberse callar, porque lenguaje es humano. Finalizó diciendo que la literatura es transgresora de sí misma, al grado de que es capaz de estimular la crítica y la reflexión.
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