En el marco del Día de la Niñez, celebrado cada 30 de abril, reflexionamos sobre la importancia de brindar a las niñas y niños espacios de crecimiento en los que puedan desarrollarse plenamente. Estos entornos no solo fomentan su desarrollo físico, mental y emocional, sino que también les permiten explorar sus intereses y pasiones individuales, ya sea a través de la lectura, la escritura, la práctica deportiva u otros campos de aprendizaje, con el fin de que tengan la oportunidad de descubrir y cultivar lo que más les apasiona.
Al examinar el desarrollo educativo de las niñas, nos enfrentamos a diversas inequidades en su entorno escolar y cotidiano, como la falta de acceso a recursos educativos adecuados, la discriminación en la distribución de oportunidades académicas y la perpetuación de roles de género tradicionales que limitan sus aspiraciones y potencial. No obstante, es fundamental reconocer que las niñas y los niños son capaces de participar en cualquier actividad que deseen y se propongan.
Por otro lado, las niñas y niños fuera de la escuela son un tema de particular importancia. No estar en el sistema educativo nacional es la máxima expresión de la exclusión educativa y esto se debe a diversas razones, incluyendo normas sociales y culturales. Hay factores asociados a esta problemática y razones que dan lugar a esta exclusión, tales como bajo nivel socioeconómico, tener algún tipo de discapacidad, trabajo infantil, embarazo adolescente, cuidado de adultos mayores o, incluso, cuidado de hermanos/as más pequeños en casa. De manera particular, las niñas de niveles socioeconómicos más bajos y/o de comunidades indígenas enfrentan muchos más retos de acceso a la educación que los varones (UNICEF, 2017).
En contraste, los niños suelen enfrentarse a menos dificultades de acceso en el ámbito educativo, aunque la desigualdad de oportunidades puede manifestarse de diversas formas. Es vital que todos como ciudadanos nos sumemos a la lucha contra las inequidades en el desarrollo educativo de las niñas y los niños. Debemos priorizar la educación en México desde los primeros años de la infancia, asegurando así que los estudiantes tengan una formación integral. De acuerdo con los resultados de la prueba PISA 2022, realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)[1], dos de cada tres estudiantes de 15 años no pueden realizar operaciones matemáticas simples, y uno de cada dos no comprende lo que lee.
Ante este contexto, Silvia Ojeda, directora del Instituto Natura México resalta la importancia de abordar cualquier tipo de inequidades en el sistema educativo para garantizar la igualdad de oportunidades para todas y todos los estudiantes, independientemente de su género o condición socioeconómica. Debemos de trabajar para que todas las niñas y niños desde la primera infancia desarrollen habilidades, conocimientos y destrezas que le permitan tener mejores oportunidades en su vida y construir un camino de éxitos cimentado.
Es por ello que instituto busca que la educación que reciben estudiantes de primero, segundo y tercer año de primaria sea de calidad y les permita adquirir conocimientos en lengua y matemáticas esenciales durante estos grados escolares, lo cual les permitirá aprender en primaria alta y a lo largo de todas sus vidas y favorecerá su desarrollo al poder aspirar a mejores oportunidades. Además, reconoce su responsabilidad como agente de transformación social y, en ese sentido, asume el compromiso de mejorar el medio del que forma parte, contribuyendo para desarrollar una sociedad más justa y próspera y con oportunidades para todas las personas.
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