En la semana leía algunos versos de Sor Juana, enfocándome en su poesía amorosa:
“…en dos partes dividida tengo el alma en confusión: una, esclava a la pasión, y otra, a la razón medida. Guerra civil, encendida, aflige el pecho importuna: quiere vencer cada una, y entre fortunas tan varias morirán ambas contrarias, pero vencerá ninguna (…)”
O su más famoso soneto “detenté, sombra de mi bien esquivo imagen del hechizo que más quiero, bella ilusión por quien alegre muero, dulce dicción por quien penosa vivo (…)”
Con estos dos ejemplos podemos darnos cuenta el porqué de los debates respecto a lo que impulsó a Sor Juana a escribir estos versos ¿acaso un amor secreto?, ¿recuerdos de su época en la Corte?
Las principales críticas vienen debido a que Sor Juana era monja, pero como bien se sabe esto lo hizo pues se negaba a casarse y de esta forma (debido a la época) aseguraba el poder seguir estudiando y leyendo sin la presión social.
En el tiempo que pasó en la Corte no se tiene registro de alguno de los nombres que menciona en sus poemas: Fabio, Silvio, Feliciano, etc. por lo que se ha llegado a creer que estos poemas son en realidad para una mujer; sin embargo, esta hipótesis tampoco tiene sustento.
Los estudiosos del tema argumentan que Sor Juana no estaba enamorada, no evocó a sentimientos pasados ni presentes, simplemente para la época era necesario ejercitar esta parte de la lírica y su prueba está en que los poemas contienen todos los elementos de la lírica barroca y poco personalismo.
Yo no sé, los expertos podrán argumentar que Juana Inés de Asbaje sólo cumplía con los requisitos, pero cuando leo “…ya sufrida, ya irritada, con contrarias penas lucho: que por él sufriré mucho y con él sufriré nada…” me quedan mis dudas.
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