Más de uno aprovechará este fin para ver el Gran Gatsby (The Great Gatsby) en la pantalla grande, y, por lo que he escuchado, más de uno saldrá decepcionado. No importa, este artículo no trata de la película de Baz Luhrmann, si no del verdadero y original Gatsby.
The Great Gatsby es la novela cumbre de F. Scott Fitzgerald, quien a pesar de ser un gran escritor probablemente es más conocido por su amor problemático con Zelda. Mediante una narrativa descriptiva y que a veces parece no llevar a ningún sitio y mucho menos ayuda a descubrir (al menos no durante la primera parte de la novela) quien es verdaderamente Jay Gatsby, Fitzgerald claramente refleja la era del jazz, y la actitud norteamericana tras la Primera Guerra Mundial.
La historia (sin arruinarles sea el libro o la película) cuenta la historia y la leyenda de Gatsby, sus imponentes fiestas y su amor secreto. La novela, escandalosa para su época, relata las emociones y vivencias de un Nueva York consumido, destacando las innumerables fiestas, miedos, adulterios, los abusos del dinero, pero sobre todo los amores imposibles.
El libro adquiere gran valor tras la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose en un libro de cabecera y un “básico” en todas las universidades. Curiosamente, también se ha convertido en un clásico de la pantalla, siendo ésta la quinta vez que es montado en escena. La primera en 1926 por Herbert Brenon, una película muda que se perdió a lo largo de los años y de la cual sólo sobreviven algunas escenas, luego en 1949, 1974 para el cine, en 2001 en formato para televisión y finalmente la que ya conocen en 2013.
Sólo resta decir que no por nada el libro se ha convertido en ícono de la literatura, y ha llegado al cine en tantas ocasiones. Espero que se animen a darle una leída, si no al Gran Gatsby, a alguna de sus otras grandes obras como: Suave en la Noche, A Este Lado Del Paraíso o alguno de sus cuentos, que seguramente conocerán como El Curioso Caso de Benjamin Button.
Comentarios Cerrados