En un ejercicio inédito que reúne por primera vez los principales indicadores de sus 57 países miembros, la OCDE presentó un estudio comparativo sobre la atención y educación de la primera infancia (Startingstrong 2017: Key OECD indicatorsonearlychildhoodeducation and care).
De manera complementaria, también presentó el documento “Niños pequeños, grandes desafíos V: La educación y el cuidado de la infancia temprana”, que en esta edición habla sobre el consenso internacional sobre la importancia de una educación temprana de calidad y, en particular, de lograr una mejor transición del preescolar a la primaria.
De acuerdo con la OCDE, la educación inicial es determinante en el desarrollo académico y emocional de los estudiantes, además de que sienta las bases para un aprendizaje a lo largo de toda la vida, contribuye a combatir la pobreza y fomenta la movilidad social.
El reporte de indicadores reconoce los esfuerzos que ha hecho México en cobertura, ya que alrededor del 82% de los niños y niñas de 3 a 5 años están inscritos en preescolar (lo que nos sitúa por encima de países como Estados Unidos).
También señala que en México, como en el resto de los países del estudio, aún persiste el reto de ampliar la cobertura para los niños menores de 3 años, ya que antes de la educación obligatoria, que inicia en preescolar, la atención es muy baja.
Es preciso señalar que en nuestro país la atención educativa para los menores de 3 años está cubierta principalmente por los centros de desarrollo infantil y las guarderías infantiles.
En este sentido, la SEP ha realizado importantes esfuerzos para generar alianzas intersecretariales, principalmente con la Sedesol y el sector salud, a fin de consolidar un enfoque educativo conjunto sobre el desarrollo infantil temprano en espacios como guarderías o las estancias infantiles de la Sedesol.
El informe también destaca para el caso de México la equidad, ya que un alumno de 15 años que proviene de un entorno rural, tuvo prácticamente las mismas posibilidades que un estudiante urbano de tener acceso a los servicios educativos que corresponden a la primera infancia, lo que pone a nuestro país a la par de las economías más avanzadas.
Por su parte, el documento “Niños pequeños, grandes desafíos”, señala 4 elementos centrales para mejorar el desarrollo infantil temprano: favorecer la autonomía de las escuelas y reconocer las particularidades regionales; fortalecer la capacitación de los docentes, además de generar incentivos; mejorar la continuidad pedagógica y curricular, así como promover el intercambio y la corresponsabilidad entre maestros y otros actores de la comunidad escolar, en favor del aprendizaje de los niños.
Todos estos aspectos están incluidos en el Nuevo Modelo Educativo, presentado el pasado 13 de marzo, el cual pone a la escuela al centro, lo que significa brindar a las comunidades educativas todas las herramientas para que se concentren en el aprendizaje de sus alumnos, además de que promueve la participación a través de los Consejos Técnicos y los Consejos Escolares de Participación Social.
Asimismo, el Servicio Profesional Docente proporciona formación inicial y continua adecuada a las necesidades de los maestros y les permite acceder a mejores oportunidades de crecimiento gracias a su esfuerzo y sus propios méritos.
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