Ante los preocupantes resultados nacionales en la evaluación Planea 2017 correspondiente al logro de aprendizaje en 3º de secundaria para el sistema escolar nacional (ELSEN 09, en su denominación técnica), Mexicanos Primero hace un llamado enfático al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), a la Secretaría de Educación Pública federal (SEP) y a las autoridades educativas estatales para que tomen determinaciones rápidas y rigurosas ante el grave incumplimiento de la garantía constitucional al “máximo logro de aprendizaje” de las y los jóvenes del país, mandato plasmado en el Artículo Tercero de la Constitución mexicana.
Ello significa que, justo a punto de egresar de la educación básica y recapitulando todo lo aprendido en esos cruciales años formativos, cientos de miles de jóvenes mexicanos tendrán condiciones muy adversas para ingresar y permanecer en la educación media superior. Esto, a su vez, implica una reducción severa de sus oportunidades para una vida digna, para su participación ciudadana libre y exigente, y para su aporte a la prosperidad propia, familiar y del país en su conjunto.
Los resultados presentados evidencian que, del global de las y los jóvenes evaluados en junio de 2017, alrededor de 34 de cada cien en Lengua y Comunicación y 64 de cada cien en Matemáticas no han alcanzado el mínimo indispensable en los conocimientos y habilidades para el manejo de la información, reflexión y resolución de problemas previsto para este nivel educativo.
Las y los jóvenes sufren las consecuencias de un grave problema de exclusión, pues aunque están incluidos en la escuela están excluidos del aprendizaje. Las brechas de resultado se agravan porque aquellos que viven en situaciones de marginación –pobreza en el hogar, familias con niveles bajos de escolaridad, localidades de mayor violencia y menor desarrollo económico– siguen aprendiendo menos que sus pares en situaciones más favorecidas. Las secundarias comunitarias y las telesecundarias tienen los peores resultados, y están plagadas por un descuido crónico tanto en el apoyo a los profesores como el acceso a materiales y asesoría educativa pertinentes, por parte de los sistemas de educación de la mayoría de los gobiernos estatales.
Mexicanos Primero emplaza también a los gobiernos de Michoacán, Oaxaca y Chiapas por su incapacidad de mantener el orden jurídico y haber permitido que las dirigencias sindicales de sus estados hayan arruinado de nuevo las ocasiones de mejorar con base en evidencia y parámetros nacionales, pues no se logró que en esas entidades de la República las evaluaciones para los alumnos se completaran.
Es claro que no todo lo explica el contexto; una buena parte de las y los jóvenes de Puebla vienen de hogares en condiciones de pobreza y tienen el mejor resultado nacional en lo más propiamente escolar, es decir, en Matemáticas. Planea debe servir también para identificar las prácticas efectivas que se han implementado en poco tiempo: Sonora mejoró notablemente entre las evaluaciones de 2015 y 2017, por una decidida focalización del apoyo a sus escuelas más frágiles. Toca a la Federación y los estados ajustar las intervenciones para la equidad y la interculturalidad, acelerar la verdadera formación continua de los docentes y activar el aprendizaje mutuo entre las entidades de la República. El proceso de transformación educativa tiene frutos incipientes, y detenerlo o distorsionarlo sólo puede significar mayor pobreza y marginación.
Debe decirse que aún los estados de mejores resultados dejan a muchos fuera del aprendizaje, pues incluso en las entidades que encabezan el logro, como Puebla y la Ciudad de México, la mitad de los que cursaban el 3º de secundaria quedan dignosticados por debajo del mínimo indispensable; ningún sistema local debe bajar la guardia y les toca perseverar y seguir innovando en las soluciones de transformación educativa.
Finalmente, Mexicanos Primero convoca al INEE y a la SEP para que se active Planea censal anual para alumnos de 6º de primaria, 3º de secundaria y 3º de media superior. Es derecho de cada alumno contar con un diagnóstico oportuno de su logro actual para ofrecerle los apoyos debidos; sólo con el agregado de los resultados de cada alumno se puede tener la solidez necesaria para integrar la ruta de mejora de cada escuela, así como contar con el referente clave del informe final del director al final de cada año, que marca la ley.
Si en verdad se quiere cumplir con el lema “evaluar para mejorar”, los propios maestros y directivos deben contar con los informes de progreso en el logro de aprendizaje para cada joven, pues son ellos –y no los secretarios de educación estatales o los diseñadores de directrices en el INEE– quienes realizan la tarea fundamental de diseñar los reforzamientos a nivel del aula y propiciar los aprendizajes de los alumnos reales, especialmente los más marginados.
Sin resultados más precisos de cada alumno al concluir su ciclo, y por ende de cada grupo completo por escuela, los resultados seguirán siendo escándalo de un día y material para el rankeo, pero no se traducirán en el referente de una mejora que no sea genérica, sino auténticamente respetuosa de la diversidad, y por ello arraigada y sustentable. Sólo cuando es para cada alumno, la evaluación del logro de aprendizaje puede aspirar a guiar los ajustes para que en las escuelas se supere las limitaciones del contexto de origen, sin restar nada a su ritmo y estilo personal de aprendizaje, a su identidad cultural y a su autenticidad comunitaria.
Nos toca exigir y acompañar el derecho a aprender de las y los jóvenes de México, para que la escuela pública cumpla su misión de justicia social.
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