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La verdadera dama de hierro

La baronesa Margaret Thatcher está “de moda”, todo mundo quiere hablar de la mujer de hierro, la dureza de su gobierno, sus medidas de alto liberalismo económico, pero un fuerte conservadurismo en otros temas, los problemas sociales que desencadenaron dichas políticas, la lucha por avanzar en un mundo que pertenecía únicamente a los hombres… Margaret Hilda Thatcher fungió como primera ministra del Reino Unido de 1979 a 1990, impulsó una política directa de oposición a las ideas socialistas de la Unión Soviética, desregulación financiera, privatización, combatió la influencia de los sindicatos, políticas que fueron conocidas como el “Thatcherismo”.  Si bien es conocida por sus políticas conservadoras, hay que reconocer que tuvo una fuerte inclinación por políticas sociales de izquierda, o de Estado de derecho, al impulsar la despenalización de la homosexualidad y del aborto (en casos específicos), como parte del Parlamento, periodo previo a su elección como primera ministra.  Después de tres periodos de gobierno (dos re-elecciones), en 1990 Margaret Thatcher es “asesinada políticamente” por su propio partido, debido a la baja popularidad en la opinión pública; renunciando al cargo y dejando a la Gran Bretaña a manos de John Major.  Bueno, si quieren saber con más detalle lo que la mujer (la primera de ellas) tuvo que pasar para conseguir ser escuchada, por imponer su punto de vista poco apoyado en el parlamento, al oponerse a la gran potencia URSS, cómo todo esto afectó su vida personal, de pareja, etc.; definitivamente no vayas a ver la película que está actualmente en cines, pues en ésta únicamente encontrarás una mirada hollywoodense de las cosas, una novela dominguera sobre una de las mujeres más importantes de la historia.

2 Comments

  1. Martha Lidia

    Saludos. De que Margaret Thatcher (La Dama de Hierro), fue «asesinada políticamente», por su propio partido, es solo reflejo de que algunas mujeres,  han padecido; independientemente de lo que hayan realizado, pero si teniéndo una gran influencia en su medio o pensamiento, en el tiempo que les toco vivir. Mujeres admiradas, odiadas y desafiantes, por ocupar un lugar que no les correspondía. Por la decisión, influencia y pensamiento muy propio de los hombres que las rodeaban y que en cierta manera se sentían amenazados y no obedecidos. De esta manera tenemos que: a las mujeres se le consideró por siglos que  NO TENÍAN ALMA, «Fue en el Concilio de Nicea, celebrado en el año 325, donde de decidió que las mujeres no tenían alma» o «hasta el Concilio de Trento (1545-1563), 12 siglos después, se decidió que la mujer sí tenía alma». Unos defienden a la Iglesia Romana que esto surgió por un error de semántica y que sus enemigos desvirtuaron que «la traducción de la palabra hebrea «Adán» al latín era «homo». Así los obispos concluyeron que como Dios había creado al «Homo» (Ser Humano) como varón y mujer, era lógico que la mujer fuera designada con ese apelativo». Cabe la siguiente pregunta: ¿puedé el hombre decidir si una mujer es valiosa, inteligente, valerse por si misma, conderarla cristiana o si tiene alma?.    Retomemos el tema, nombrando solo a unas cuantas grandes mujeres: Sor Juana Inés de la Cruz (La Décima Musa), una gran poetisa y escritora, a la altura de muchos de su época, pero con fuertes enemigos como los poderosos Arzobispo de México, don Francisco de Aguilar y Seixas, y el Obispo de Puebla don Manuel Fernández de Santa Cruz, éste último que fue el que envió la Carta Atenagórica y por la cual Sor Juana le contesta con otra Carta, llamada Respuesta a Sor Filotea, situación que marcaria su vida, y que al final su confesor la obligaria a vender su biblioteca y otros artefactos, dejando de escribir. Hablemos ahora de Juana de Arco (La Doncella de Orléans), admirada y tolerada, mientras apoyaba a llegar al poder al Delfin Carlos VII, como Rey de Francia, para luego ser  abandonada, pues ya no le era necesaria al Delfin, siendo juzgada y muerta por la Santa Inquisición. Podemos decir que la Filosofa Hiparquia (Hipatia de Alejandría), fue una extraordinaria mujer que también desafió, lo no permitido en su época. Ya  que su pensamiento se introdujo en la política de Alejandría, por ser partidaria del racionalismo científico-griego, pero por negarse a convertirse al cristianismo, fue perseguida y brutalmente asesinada; por Cyrilo, Patriarca de Alejandría a través de sus seguidores, los monjes de la Iglesia de San Cyrilo de Jerusalén y los parabolanos. Y por tener amistad con Orestes, enemigo de Cyrilo, quienes luchaban politicamente, por el control entre la Iglesia y el Estado. Nada nuevo desde ese tiempo, hasta la actualidad. Queda resumido en una forma muy bella, quizás, el porque de su actitud de estas mujeres, en el Epigrama de Antípatro, dedicado a Hiparquia  (s. II a.C.) «A las Mujeres». Libro III. Por último, tenemos a las grandes mujeres hebreas: humildes, obedientes, dedicadas a su esposo y familia,  sin estudios, pero sabias en su andar, por haberse sostenido por el Invisible, por el Altísimo. Esas mujeres que llegaron a dejar a su parentela y que inclusive expusieron su vida, también han sido reconocidas a través del tiempo en el ámbito religioso y por las autoridades eclesiásticas. A saber: Sara, Rebeca, Raquel, Ana, la Reina Esther, Ruth la Mohabita, Dorcas, la Profetisa Débora, Elizabeth, María, María Magdalena, Lidia , entre otras. Mujeres virtuosas, casadas en un papel subordinado pero muy noble,  que influyeron en su medio ambiente, para bien de su pueblo, en obediencia al Dios verdadero y único.

    LIDIA GALICIA

  2. Martha Lidia

    Saludos. De que Margaret Thatcher (La Dama de Hierro), fue «asesinada políticamente», por su propio partido, es solo reflejo de que algunas mujeres,  han padecido; independientemente de lo que hayan realizado, pero si teniéndo una gran influencia en su medio o pensamiento, en el tiempo que les toco vivir. Mujeres admiradas, odiadas y desafiantes, por ocupar un lugar que no les correspondía. Por la decisión, influencia y pensamiento muy propio de los hombres que las rodeaban y que en cierta manera se sentían amenazados y no obedecidos. De esta manera tenemos que: a las mujeres se le consideró por siglos que  NO TENÍAN ALMA, «Fue en el Concilio de Nicea, celebrado en el año 325, donde de decidió que las mujeres no tenían alma» o «hasta el Concilio de Trento (1545-1563), 12 siglos después, se decidió que la mujer sí tenía alma». Unos defienden a la Iglesia Romana que esto surgió por un error de semántica y que sus enemigos desvirtuaron que «la traducción de la palabra hebrea «Adán» al latín era «homo». Así los obispos concluyeron que como Dios había creado al «Homo» (Ser Humano) como varón y mujer, era lógico que la mujer fuera designada con ese apelativo». Cabe la siguiente pregunta: ¿puedé el hombre decidir si una mujer es valiosa, inteligente, valerse por si misma, conderarla cristiana o si tiene alma?.    Retomemos el tema, nombrando solo a unas cuantas grandes mujeres: Sor Juana Inés de la Cruz (La Décima Musa), una gran poetisa y escritora, a la altura de muchos de su época, pero con fuertes enemigos como los poderosos Arzobispo de México, don Francisco de Aguilar y Seixas, y el Obispo de Puebla don Manuel Fernández de Santa Cruz, éste último que fue el que envió la Carta Atenagórica y por la cual Sor Juana le contesta con otra Carta, llamada Respuesta a Sor Filotea, situación que marcaria su vida, y que al final su confesor la obligaria a vender su biblioteca y otros artefactos, dejando de escribir. Hablemos ahora de Juana de Arco (La Doncella de Orléans), admirada y tolerada, mientras apoyaba a llegar al poder al Delfin Carlos VII, como Rey de Francia, para luego ser  abandonada, pues ya no le era necesaria al Delfin, siendo juzgada y muerta por la Santa Inquisición. Podemos decir que la Filosofa Hiparquia (Hipatia de Alejandría), fue una extraordinaria mujer que también desafió, lo no permitido en su época. Ya  que su pensamiento se introdujo en la política de Alejandría, por ser partidaria del racionalismo científico-griego, pero por negarse a convertirse al cristianismo, fue perseguida y brutalmente asesinada; por Cyrilo, Patriarca de Alejandría a través de sus seguidores, los monjes de la Iglesia de San Cyrilo de Jerusalén y los parabolanos. Y por tener amistad con Orestes, enemigo de Cyrilo, quienes luchaban politicamente, por el control entre la Iglesia y el Estado. Nada nuevo desde ese tiempo, hasta la actualidad. Queda resumido en una forma muy bella, quizás, el porque de su actitud de estas mujeres, en el Epigrama de Antípatro, dedicado a Hiparquia  (s. II a.C.) «A las Mujeres». Libro III. Por último, tenemos a las grandes mujeres hebreas: humildes, obedientes, dedicadas a su esposo y familia,  sin estudios, pero sabias en su andar, por haberse sostenido por el Invisible, por el Altísimo. Esas mujeres que llegaron a dejar a su parentela y que inclusive expusieron su vida, también han sido reconocidas a través del tiempo en el ámbito religioso y por las autoridades eclesiásticas. A saber: Sara, Rebeca, Raquel, Ana, la Reina Esther, Ruth la Mohabita, Dorcas, la Profetisa Débora, Elizabeth, María, María Magdalena, Lidia , entre otras. Mujeres virtuosas, casadas en un papel subordinado pero muy noble,  que influyeron en su medio ambiente, para bien de su pueblo, en obediencia al Dios verdadero y único.

    LIDIA GALICIA