¿Has escuchado hablar de las cuencas hidrológicas? Cuando estás bajo la lluvia y juntas las manos para formar una cavidad que te permita recoger el agua, estás formando una cuenca. Formalmente, una cuenca hidrológica es toda superficie de terreno y su subsuelo por donde escurre el agua que alimenta un río. La cuenca se encuentra delimitada por el “lomo” de las montañas, denominado parteaguas que las separa de sus cuencas vecinas. Las cuencas hidrológicas son áreas de desagüe, y son las unidades geográficas en donde se desarrolla el ciclo hidrológico, y además brindan un hábitat a animales y plantas, y forman el paisaje del lugar. En México hay muchas cuencas hidrológicas, de todos los tamaños, formas y tipos. Muchas de las cuencas terminan entregando sus agua al mar y por ese hecho se les llama cuencas exorreicas; algunas de las más importantes cuencas de este tipo son las que forman los grandes ríos como: Lerma, Santiago, Balsas, Bravo, Pánuco, Papaloapan, Coatzacoalcos, Grijalva, Usumacinta, Mayo y Yaqui. Cada uno de estos ríos tiene corrientes alimentadoras que se forman con las lluvias (y ciertos casos nieve) que cae sobre sus propios territorios de drenaje. Cuando el agua que fluye desemboca en un punto común de salida que no es el mar, sino otro sitios de almacenamiento en el interior del territorio como un lago, una laguna o el embalse de una presa, se le llama cuenca endorreica.
Fuente: Semarnat. ¿Y el medio ambiente? Problemas en
México y el mundo. Semarnat. México. 2008
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