La organización civil Mexicanos Primero dio a conocer que aunque los comunicados No. 37 y 38 de la Secretaría de Educación Publica (SEP) referentes al Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA), contradicen el mensaje que los consejeros del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), dieron el 2 de febrero. En dicho mensaje se señaló la falta de presupuesto como el principal motivo para suspender su aplicación en este año, y no hubo referencia alguna a “modalidades más innovadoras e igualmente robustas”, como en cambio afirma la SEP.
Al respecto, manifestamos lo siguiente:
a) La decisión contradice la insistencia del INEE de que sin aplicación controlada con agentes externos a la escuela, los resultados pierden confiabilidad, como lo ha manifestado reiteradamente el consejero Backhoff.
b) La decisión de liberar ítems o incluso los cuestionarios completos de una evaluación para hacer ejercicios de práctica o diagnóstico en las escuelas puede ser un ejercicio interesante y enriquecedor, pero a nadie se le ocurriría llamarle a eso una “aplicación” de la prueba, sea Planea u otra, ni se suma a la línea histórica de la prueba original. No se le puede llamar “ajedrez” a algo que no incluye muchas de las piezas cruciales y que por ello cambia las reglas definitorias del juego.
c) En pruebas de gran escala puede que no se den variaciones estadísticas de un año a otro en los grandes números. Sin embargo, pedagógicamente las variaciones en cada escuela, en cada grupo y lo que se detecta en cada alumno puede hacer una diferencia positiva si se atiende oportunamente y con evidencia objetiva. La visión de los funcionarios de la SEP e INEE parece concentrarse en los agregados, pero resulta escasa en su sensibilidad y responsabilidad por el logro de aprendizaje de cada niña, niño y joven, quienes son los titulares del derecho que garantiza el Artículo 3º Constitucional. La garantía que mandata el Artículo Tercero no es con respecto de promedios generales o estatales, sino del aprendizaje de los educandos.
d) Llama la atención que se diga que “… la SEP destina el presupuesto para esta prueba, estimada en 200 millones de pesos, a la realización de nuevas acciones y estrategias para coadyuvar a la mejora de la calidad educativa, que es el fin último de la Reforma Educativa”. La mejora de la calidad debe ser la finalidad; pero al no hacer la inversión adecuada en este instrumento, se pierde información objetiva y estratégica para orientar cuáles gastos están justificados -porque pueden tener impacto para propiciar el aprendizaje- y cuáles no. Sin referencia al aprendizaje, la preferencia de gastar más o menos en una pieza de política queda como algo voluntarista, o de meros anuncios vistosos. La evaluación nacional del logro de aprendizaje de los estudiantes es un gasto necesario para que la justificación de los demás gastos esté fundada en evidencia.
No se debe cambiar de plan por un repentino ajuste presupuestal, máxime si hay 200 millones de pesos disponibles por ahorros, como los que se producirán por dejar de pagar comisionados que deberán ir ahora a licencias sin goce de sueldo, o que se pueden redireccionar de otros gastos previstos que son menos importantes.
e) Es claro que en caso de enviar los instrumentos a la escuela, como se anuncia en los boletines de prensa de la SEP No. 37 y 38, el ejercicio no arrojará resultados certeros y publicables, ni siquiera a nivel agregado. Nos preocupa que se siga usando el término “censal” con una connotación laxa. “Censal de escuelas” es, simplemente, muestral. La única evaluación que merece el adjetivo “censal» es aquélla que cubre a todos y a cada uno de los alumnos del grado correspondiente.
Es una decisión preocupante que se deje como horizonte de rendición de cuentas el año 2018, cuando el sentido del diseño original de PLANEA es rendir cuentas cada año. Sin referencia a resultados de aprendizaje, aunque su mejora sea lenta o limitada, los avances serán meros postulados. Así como hemos reconocido y aplaudido claramente las decisiones de las autoridades cuando se impulsan un cumplimiento más pleno del derecho a una educación de calidad, reiteramos nuestro llamado a la SEP y al INEE a que reconsideren esta decisión.
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