Con la entrega de los premios Oscar mucho se habló de la película Los Miserables, inspirada en la obra de teatro del mismo nombre, la cual a su vez está basada en la novela Les Miserables del siglo XIX, de la que cada vez menos referencia se hace.
Para aquellos que no la han visto o leído, la historia cuenta la vida de Jean Valjean un criminal bajo libertad condicional que robó al Obispo de Digne, quien le había dado refugio y comida ya como ex presidiario. El Obispo miente para que no sea encarcelado nuevamente, acción de bondad a la cual Valjean responde rectificando su camino. Años después, bajo otra identidad, se convierte en el dueño de una fábrica y alcalde del lugar. El destino hace que conozca a Fantine, una mujer que corren de la fábrica por mandar todo su dinero para mantener a su hija ilegítima, y quien por esta razón se ve forzada a dedicarse a la prostitución. A pesar de los esfuerzos de Valjean, Fantine muere tras un cliente abusivo y negligencia de la policía. Antes de morir, Jean promete salvar y mantener a la hija de Fantine, para lo cual deberá de huir de nuevo.
En la novela escrita, esta historia se relata a lo largo de 5 volúmenes: Fantine, Cosette, Marius, El idilio de la calle Plumet y la epopeya de la calle Saint-Denis. Historia contada por Victor Hugo, uno de los escritores en lengua francesa más importantes hasta nuestros días. Este autor fue un político e intelectual que participó activamente en los cambios políticos de su país al mismo tiempo que criticaba fuertemente las injusticias de la sociedad del siglo XIX.
Además de Les Miserables, Victor Hugo es famoso por obras como Nuestra Señora de Paris, El hombre que ríe, Noventa y tres; también la obra de teatro de Cromwell, la cual es un ícono dentro de la literatura romántica. En todas estas historias, incluida Los Miserables, Victor Hugo aprovecha a retratar la realidad de la sociedad de su época, la injusticia y la desigualdad, como un medio de protesta.
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