Considerada una de las pocas santas, que por su labor tendiente a fortalecer la espiritualidad femenina a través de sus escritos fue reconocida en 1970 como “Doctora de la Iglesia”, Catalina de Siena es motivo de una exposición temporal de ocho piezas inéditas de los siglos XVIII y XIX, que describen pasajes de su vida, entre ellos, la estigmatización y episodios de éxtasis.
La puesta museográfica titulada Santa Catalina de Siena, organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se exhibe en la Sala de Temporales del Ex Convento de Santa Mónica, hoy Museo de Arte Religioso, en Puebla, donde permanecerá hasta el 19 de mayo.
“A través de obras de alta calidad de arte novohispano, se representa la vida de Santa Catalina, así como la devoción hacia ella en Puebla por las monjas dominicas, desde el siglo XVI, cuando fundaron el convento que llevó su nombre, hasta nuestros días”, informó la historiadora Montserrat Andrea Báez Hernández, curadora de la exposición.
La muestra se integra por una escultura de madera y siete óleos sobre tela inéditos, procedentes del Ex Convento de Santa Catalina de Siena, fundado en 1568, lo que lo hace el primer conjunto conventual femenino construido en la antigua Puebla de los Ángeles, y de los primeros erigidos por los dominicos desde su arribo al continente americano hace 500 años.
De acuerdo con la experta, entre las pinturas destaca la realizada por Pascual Pérez “El Mixtequito” —la única con firma—, que data del siglo XVIII y en ella se muestra a la santa de pie con algunos de sus atributos, entre ellos, un crucifijo y estigmas en las extremidades (llagas).
“Está vestida con un hábito, escapulario y toca blancos, además porta una capa y vela negros; frente a ella hay una mesa en la que descansan una calavera y un libro, ambos también considerados atributos”.
Montserrat Báez refirió que la santa italiana, nacida en Siena en 1347 y muerta en Roma en 1380, resaltó por experimentar la estigmatización de Cristo, “según biografías existentes sobre la religiosa, mientras adoraba a un crucifijo recibió las llagas abiertas en las extremidades, las mismas que Cristo padeció durante la Crucifixión, al ser clavado en la cruz y su costado traspasado con una lanza.
“De acuerdo con el relato —añadió— Santa Catalina le pidió a Cristo que las estigmatizaciones no fueran visibles para que no llamaran la atención, sin embargo, las tuvo el resto de su vida provocándole dolores continuamente”.
Al respecto, se exhibe un segundo lienzo pictórico del siglo XVIII, donde se aprecia la escena de la estigmatización: la monja dominica se encuentra frente a un crucifijo desmayada, siendo sostenida por dos mujeres; del crucifijo salen cinco rayos dorados que se dirigen a los brazos, pies y pecho de la santa.
Aclaró que en 1970, debido a los escritos que se conservan hasta nuestros días en Italia, la santa recibió la distinción de “Doctora de la Iglesia”, en reconocimiento a la contribución que sus textos hicieron a la espiritualidad femenina de la Iglesia. “Además de ella, únicamente a Santa Teresa de Jesús y Santa Teresita del Niño Jesús se dio la misma distinción”.
En ese sentido, dos pinturas más del siglo XIX ejemplifican los episodios de éxtasis de la religiosa. En una se le plasmó desmayada y sostenida por dos ángeles; en una de sus manos tiene un crucifijo y un lirio (que simboliza la pureza), y con la otra toca su corazón. En el segundo óleo, Santa Catalina está frente a una aparición de Cristo, con quien de forma simbólica intercambia su corazón.
Montserrat Báez mencionó que la religiosa fue beatificada en 1461, luego de haber llevado una vida de penitencia constante, con ayunos y mortificaciones del cuerpo con el uso de cilicios y coronas de espinas. Asimismo, estuvo al servicio de los enfermos, claro ejemplo de ello fue su incondicional ayuda para curarlos durante la peste desatada en Italia, en 1374.
La exposición Santa Catalina de Siena también incluye una escultura de madera articulada del tronco para arriba. Su vestimenta (hábito blanco y velo negro) fue elaborada por religiosas de la congregación del mismo nombre de la santa, que se localiza en la capital de Puebla.
La muestra, que permanecerá hasta el 19 de mayo, se presenta en el marco del programa Calendario Litúrgico implementado por el Museo de Arte Religioso Ex Convento de Santa Mónica, para dar a conocer a los visitantes, a través de exposiciones temporales, parte de los más de tres mil objetos bajo resguardo en el depósito del recinto.
El Museo de Arte Religioso se localiza en calle 18 Poniente, No. 103, Centro Histórico, Puebla. Horario: de martes a domingo, de 10:00 a 17:00 horas. Costo: 35 pesos, excepto maestros y estudiantes con credencial vigente, así como adultos mayores, niños menores de 13 años y personas con discapacidad. Domingos entrada gratuita a público nacional y extranjeros residentes.
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